El dato es el activo más valioso de las compañías. Una mala gestión de la información puede ocasionar importantes daños: desconfianza, desprestigio, pérdidas económicas, fuga de clientes, sanciones por incumplimiento de las normativas, etc. Para abordar la protección y el gobierno del dato, las empresas deben dotarse de una visión integral, que tenga en cuenta los distintos escenarios, internos y externos, en los que identificar los riesgos que las amenazan.