A mediados de marzo, Mercadona suspendía temporalmente las ventas a través de su web en Madrid y otras comunidades, y más recientemente, algunos medios informaban de demoras importantes en los pedidos de Aliexpress. Dentro de nuestro sector, el cierre temporal de numerosas fábricas en China ha afectado enormemente a la capacidad de entrega de gigantes como Apple, Sony o Microsoft. En España, Orange señalaba hace unos días que, si la epidemia no disminuye, en tres meses podría haber problemas de suministro.
Pero ¿qué pasa con la disponibilidad en términos de gestión de datos? ¿Qué pasa con las necesidades de capacidad de almacenamiento? ¿Está garantizado el soporte de las infraestructuras? ¿Llegarán los pedidos a tiempo?
Ante la situación, los CIOs tendrán que actuar con rapidez, pero al mismo tiempo con prudencia. En caso de no ser suficiente su infraestructura actual, muchas empresas mirarán a la nube, pero saben que los costes pueden ser inasumibles. Por lo tanto, ¿qué puede ser una buena alternativa a la nube? La respuesta a esta pregunta supone la entrada en escena de los nuevos modelos Capacity on Demand (COD), que permiten a la organización obtener la elasticidad de la nube y pueden crecer según lo necesiten, pero manteniendo los datos en las instalaciones. Sin problemas de seguridad, sin necesidad de adquirir conocimientos complicados.
Estos nuevos modelos de capacidad bajo demanda vienen a resolver un problema grave, como es el aprovisionamiento de capacidad para almacenar, gestionar y proteger los datos. Con este modelo, la empresa no tiene que abandonar su centro de datos, pero obtiene una experiencia similar a la nube en su propio entorno. El cliente contrata la arquitectura, implementa el sistema al máximo de su potencial pero paga por un porcentaje de capacidad, lo que necesita; Entonces puede crecer y saber exactamente cuánto le cuesta crecer.
La gran ventaja de este modelo es que el almacenamiento ya está en el centro de datos, esperando a ser utilizado. Cuando la empresa busca más capacidad para un nuevo proyecto o aplicación, la capacidad está ahí, lista para trabajar. Y dado que el hardware (la cabina de almacenamiento) se encuentra en las instalaciones, los clientes obtienen del sistema rendimiento y fiabilidad totales.
Para los que prefieren OpEx
Además de las modalidades de consumo COD “estándar”, que suelen estar basadas en un modelo CapEx (se instala un sistema completo, pero el usuario solo adquiere la capacidad que necesita), puede conseguirse aun mayor elasticidad trabajando en un modelo OpEx, una suscripción «todo incluido» que se factura mensualmente.
Para ponerlo en marcha, el usuario proporciona información sobre sus necesidades de capacidad y rendimiento y su pronóstico de crecimiento, y el proveedor desarrolla una configuración adecuada, previamente probada, con una proyección futura basada en el historial de cargas de trabajo. En caso de que las necesidades vayan más allá de la capacidad reservada, el sistema habilitará capacidad adicional de manera automática, en tiempo real, incluyendo el desplazamiento de personal a las instalaciones si es necesario.
En resumen, los nuevos modelos de capacidad bajo demanda representan un hito en el consumo de almacenamiento, porque significa ofrecer y consumir almacenamiento como servicio, lo que limita los riesgos asociados a la computación en la nube al mantenerse los datos críticos en el centro de datos local.
Y, por supuesto, es una solución ideal para tiempos de crisis como el que enfrentamos ahora, ya que proporciona previsibilidad de costes en un mundo impredecible, y que colocará a los departamentos de TI en una mejor posición para hacer lo que mejor saben: entregar a tiempo.