La crisis sanitaria y social ha obligado a muchas empresas a replantearse su modelo de negocio. Retos como la variabilidad extrema tienen un impacto diferente dependiendo del departamento, pero pueden llegar a poner en jaque la viabilidad del negocio. Por ejemplo, en las semanas más difíciles de restricciones por la COVID-19, las áreas de Producción y Servicio se vieron drásticamente interrumpidas, mientras que la actividad en los call center se disparaba. En general, las operaciones se han visto tensionadas y no había tiempo para una replanificación. Cuando se producen picos en una infraestructura TI que no está actualizada vemos cuellos de botella y un desajuste entre costes e ingresos que puede impactar en la liquidez y, de una manera directa, en la supervivencia del negocio.
¿Cuál es la solución? No se puede improvisar si no se cuenta con la tecnología adecuada, que permita reubicar recursos y repensar el modelo de negocio. Las operaciones manuales se hallan en las antípodas de la flexibilidad y consiguen que los departamentos de TI pierdan mucho tiempo. La automatización y el escalado en cloud es la mejor solución para permitir a los robots trabajar en tareas repetitivas y sin valor, dejando a las personas dedicar su valioso tiempo a procesos más productivos.
Estas tecnologías de automatización, especialmente la automatización de procesos robóticos (RPA), han causado preocupación en la opinión pública por el temor al desempleo masivo a medida que los robots vayan encargándose de algunos trabajos. El miedo es humano, pero en este caso no tiene ninguna justificación. La automatización es beneficiosa y, además, contribuirá a la conciliación entre vida laboral y personal porque las tareas menos gratas serán las que realicen los robots.
Por ejemplo, en un centro de atención al cliente un robot puede rendir como 4 o 5 personas y se puede convertir en el “chico listo” de la clase, atendiendo más llamadas que un operador humano porque puede llevar varias operaciones en paralelo. Uno de los aspectos más positivos de la RPA es que permite absorber picos de demanda sin ninguna planificación. Desde la consola de administración se puede levantar una máquina automática nueva para que vaya asimilando tareas que están en cola. De esta manera es sencillo resolver una urgencia sin que ello implique parar la producción.
RPA, en la práctica
Las empresas deben trabajar con infraestructuras invisibles, con las que puedan consumir sus recursos desde cualquier ubicación (cloud público, on-premise, etc.) y con el despliegue del software totalmente automatizado. Ante un proyecto de RPA, lo primero es estandarizar la puesta en marcha de la infraestructura y, en un segundo paso, definir los desktops donde se van a ejecutar los robots, aislando este entorno de cualquier proveedor cloud. En el caso de Nutanix, nosotros proporcionamos las credenciales de conexión al proveedor de servicios cloud o al centro de datos del cliente y solo hay que ajustar las capacidades que se van a necesitar y la plataforma del sistema operativo donde se van a ejecutar.
En este tipo de proyectos definimos un flujo de trabajo entre la parte servidora y de cliente de manera totalmente invisible para el usuario. Una vez que tenemos la plataforma, el sistema y la volatilidad, el cliente solamente tiene que programar el número de robots que necesita y después de un pico de trabajo, por ejemplo, podrá hibernar aquellos que no necesite. La escalabilidad y la flexibilidad son valores diferenciales de esta propuesta.
En algunas compañías donde se cumplen todas las mejores prácticas TI es factible desplegar un servicio RPA en ocho horas, un dato muy relevante en esta etapa de transformación en la que nos encontramos. Otro aspecto vital es la seguridad. En caso de que la empresa sufra un ataque tipo ransomware, cada entorno robótico permanecerá aislado y esa infección no afectará a otros departamentos.
No hay que ver con recelo ni desde una óptica negativa a los robots. RPA es una nueva forma de trabajo que necesita de las personas para operar de una manera diferente. Cuando se producen cambios inesperados, esta tecnología ayuda a responder de forma rápida y a superponerse a la adversidad. RPA garantiza una mayor productividad y facilita la vida de los empleados, que van a dejar de hacer trabajo manual que no aporta valor al negocio.
En definitiva, los robots son equipos en los que se puede confiar, son trabajadores digitales que pueden realizar diferentes tareas y se pueden mover de un sitio a otro, es decir, pueden pasar de gestionar créditos a tareas de atención al cliente si el negocio lo requiere. Y lo mejor de todo: sin impactar en las operaciones de la empresa y de manera totalmente invisible.