Estos, que llevan años esforzándose en diseñar infraestructuras de datos que cumplan con los requisitos de “rendimiento” necesarios para una actividad permanente. Incluso hoy, superado ya el concepto mismo de “producto” y sumergidos ya en un mercado donde prima el de “solución”, aun así parece que el argumento más convincente sigue siendo el rendimiento.
Así que, en realidad, ¿qué es el rendimiento? Y ¿hasta dónde importa?
Hay tres aspectos a considerar a la hora de evaluar el desempeño de un sistema de información, a saber:
- Throughput, que define cuánta información por segundo puede procesar el sistema y, por lo general, se mide en términos como MB/s o GB/s. Este aspecto es importante cuando hay que procesar elementos de datos muy grandes, incluso si se trata de sólo unos pocos elementos (por ejemplo, en aplicaciones de investigación, o para transmitir de video de alta definición…).
- E/S por segundo (IOPS), que cuantifica el número de entidades de información por segundo que el sistema puede realizar. Este valor es relevante si se tiene una gran cantidad de elementos, incluso si éstos son de tamaño pequeño (por ejemplo, aplicaciones transaccionales, banca online, facturación de líneas telefónicas…).
- Latencia: es la rapidez con la que el sistema da respuesta a cada solicitud. Cualquiera que haya estado en Internet comprende qué es la latencia. Hay estudios que dicen que, si una página no se carga en 3 segundos o menos, la mayoría de los usuarios la abandona.
La clave está en la latencia
Muchos proveedores de TI son conocidos por publicar «grandes números» sobre estos tres criterios de rendimiento. Luego, podrán discutir sobre quién tiene los mejores números. Pero eso, en realidad, no es tan importante. De hecho, los “grandes números” sobre rendimiento e IOPS son casi siempre un orden de magnitud superior al que requieren la mayoría de las aplicaciones en el mundo real. Además, estos números se obtienen a partir de configuraciones optimizadas solo para la prueba, y en realidad no son lo que los usuarios reales considerarían para ejecutar sus aplicaciones reales.
Pero, ¿Cómo ofrecen los productos de vanguardia de hoy mejores niveles de latencia a partir de los mismos componentes? La respuesta está en el software, en el uso de la IA para determinar qué datos serán solicitados con mayor probabilidad por una aplicación concreta antes de que esto ocurra. Sería como entrar en un concesionario y que el vendedor ya supiera en qué modelo estamos interesados y tuviera preparadas varias ofertas totalmente adaptadas a nuestros gustos, antes incluso de cruzar la puerta del concesionario.
Lo mejor de la mejor inteligencia artificial se alberga en subconjuntos de IA llamados deep learning, donde el sistema puede realizar múltiples conjeturas sobre lo que cree que se va a solicitar, y luego aprende a partir de la opción elegida para influir positivamente en futuras decisiones.
Verdadero rendimiento para las aplicaciones más exigentes
Los clientes de TI nos han dejado claro que consideran que hoy en día la mayoría de los productos de almacenamiento empresarial de gama alta de los principales proveedores pueden cumplir fácilmente sus requisitos tanto de rendimiento como de IOPS para la mayoría de las aplicaciones, la mayor parte del tiempo. Pero en lo que se refiere a latencia, sigue habiendo una verdadera batalla para diferenciarse, y contar con unos tiempos de respuesta más rápidos es cada vez más un valor.
Para responder a esta problemática, Infinidat ha presentado recientemente InfiniBox SSA (Solid-State Array). Lo llamamos así en lugar utilizar el término convencional, “All-Flash Array” (AFA) porque, en nuestro caso, el software de caché neuronal sigue direccionando toda la I/O hacia y desde los servidores a través de la caché DRAM, una tecnología de estado sólido bastante más rápida que la arquitectura flash. Pero InfiniBox SSA no es un sustituto de nuestros sistemas InfiniBox actuales, sino un complemento que hemos considerado esencial, ya que está diseñado expresamente para aplicaciones que requieren una latencia ultrabaja, no sólo para un promedio total, sino para todas y cada una de las I/O.
En definitiva, si tu proveedor de TI comienza a hablar sobre rendimiento, presiónale para lograr claridad y relevancia para su organización. Sobre todo pregúntale si estaría dispuesto a adaptar los niveles de latencia a tus requisitos. Y también cómo utilizan el software y la IA para proporcionar una latencia más baja. Una cosa es prometer grandes números -más o menos necesarios- y otra garantizar un nivel de latencia que se ajuste a los requisitos del negocio. Al final, la clave está en la latencia.