En todos los casos, las cifras se situaban por debajo del 5% de los empleados. Las cosas han cambiado, y mucho; la COVID-19 es la responsable de esos cambios.
Los datos revelan que, desde el inicio de la pandemia, casi la mitad de las compañías han usado el teletrabajo y parece que de manera muy efectiva (se espera un aumento de la productividad de hasta el 6%). Por cierto, se considera teletrabajo a la actividad laboral que se lleva a cabo desde otros lugares que no sean las instalaciones de la propia organización (no solo al trabajo desde casa).
Un futuro que ya es presente
“Es posible anticipar un futuro en el que el teletrabajo se convertirá en muchos sectores en la piedra angular de la relación laboral”. Esta frase pertenece a nuestro artículo “Ciberseguridad en tiempo de pandemia” que publicamos en marzo, cuando todo esto empezó. En aquel momento hablábamos de la importancia que iba a tener para las organizaciones contar con una política de teletrabajo. Ahora podemos decir que se ha convertido en absolutamente necesaria.
¿Cuántos de los empleados de la compañía teletrabajan? ¿Existe algún procedimiento para solicitar o autorizar esta modalidad de trabajo? ¿Cuentan los equipos con la seguridad necesaria? ¿Son dispositivos corporativos o los aportan los empleados (BYOD)? ¿Se han delimitado las aplicaciones y recursos a los que tiene acceso cada usuario? ¿Se hace uso de conexiones seguras a través de una red privada virtual (VPN)? ¿Utilizan algún procedimiento y tecnología de cifrado? ¿Se ha realizado algún tipo de formación a los usuarios referida al teletrabajo? Todas estas preguntas solo tratan de poner de manifiesto qué aspectos debe tener en cuenta una empresa que tiene implantado el teletrabajo, en cualquiera de sus formas: aspectos operativos de la implantación, elementos tecnológicos y de seguridad y, también, los aspectos regulatorios.
No podemos olvidar que, independientemente del entorno, el objetivo debe ser la protección de la información (el principal activo de las compañías). Por eso, tanto si se trabaja en las instalaciones de la empresa, como si se teletrabaja desde cualquier otra parte, debemos aplicar los cinco pilares en los que se sustenta la seguridad de la información: disponibilidad, autenticidad, integridad, confidencialidad y trazabilidad. Siempre teniendo en cuenta la normativa que nos aplica en este sentido (RGPD, LOPDGDD, LPI o LSSI-CE).