En lo que concierne al empleo, hemos pasado de un 7,9% de personas ocupadas con teletrabajo en el último trimestre de 2019 (según el informe Monitor Adecco de Oportunidades y Satisfacción en el Empleo II) a una situación de trabajo en remoto masivo. Esto ha puesto en evidencia que aquellas empresas que ya confiaban en la nube y contaban con herramientas seguras de colaboración han tenido muchas facilidades a la hora de poner en marcha el teletrabajo para dar continuidad a la actividad desde fuera de la oficina de forma segura. En cambio, las que todavía no lo habían hecho se han visto obligadas a poner en marcha proyectos tecnológicos en un tiempo récord.
Este entorno sin precedentes ha movido a muchas compañías a dar un salto importante en términos de digitalización con el fin de continuar desarrollando su actividad. En Microsoft, nuestra estrategia como compañía no es ser un mero proveedor de servicios, sino que acompañamos a las empresas para ayudarles a alcanzar sus objetivos. Para llegar a todas las organizaciones, con independencia de su tamaño, contamos con dos grandes aliados: la nube, que democratiza el acceso a la tecnología eliminando las barreras de entradas para pequeñas empresas, y una red en España de más de 9.000 partners que conocen la tecnología, la realidad de las empresas y pueden analizar cada caso para proporcionar la mejor solución.
Lo que tenemos claro en Microsoft es que no se trata de sortear el impasse simplemente adoptando soluciones en la nube, sino de abrazar un nuevo modelo de trabajo flexible e inteligente. De ahí que, en lugar de teletrabajo, prefiera hablar de Smart working: un concepto que engloba la gestión por objetivos, el trabajo en equipos multidisciplinares, lo que en definitiva se traduce en el desempeño de una profesión que permita conciliar entre el tiempo personal, familiar y laboral. Este cambio de cultura empresarial, que se basa en la confianza de la empresa y la responsabilidad de los empleados, supone el reto de pasar a valorar productividad y resultados, en lugar de presencialismo y horas dedicadas.
En definitiva, si queremos que nuestra empresa sea atractiva y productiva, la tecnología se convierte en un gran aliado y, a la vez, debemos confiar en los empleados como nuestro principal activo. Estoy totalmente convencido de que estamos delante de una magnífica oportunidad de innovación siempre y cuando no confundamos la adopción de tecnología con el propósito del cambio.