CSIRO, los guardas forestales indígenas de Aak Puul Ngantam (APN) del Cabo York, y Microsoft han desarrollado, en el marco de una asociación del Programa Nacional de Ciencias Medioambientales (NESP) de Australia, un sistema basado en la nube y apoyado en Inteligencia Artificial, que analiza miles de fotografías aéreas de playas remotas del norte del continente para identificar nidos de tortuga y sus potenciales depredadores.
La vida se ralentiza cuando las lluvias monzónicas azotan el norte tropical de Australia. Los lugareños llaman a este chaparrón de fin de año la «Gran Humedad», y las lluvias torrenciales también transforman drásticamente el espectacular paisaje de la región: vastas extensiones de terreno pueden quedar aisladas por las inundaciones y el barro, incluso muchos meses después de que las lluvias hayan cesado.
Este prolongado aislamiento supone un gran problema para las posibilidades de supervivencia de algunas especies de la costa occidental de la península del Cabo York: las crías de tortuga en peligro de extinción. A menos que equipos de guardas forestales indígenas las encuentren y protejan primero.
En algunas partes del oeste del Cabo York, en el extremo norte de Queensland, los jabalíes pueden desenterrar y comerse el 100% de los huevos de los nidos de tortuga. En la franja de 50 km de playa en la que se centra el programa de protección de la APN, esto representa una pérdida de unas 2.000 crías de tortuga cada año.
Tecnología y conocimiento del terreno para preservar la biodiversidad
Sólo hay siete especies de tortugas marinas en el planeta, y seis de ellas se consideran en peligro debido a una combinación de amenazas humanas, medioambientales y de depredadores.
La automatización y aceleración del seguimiento de los nidos de tortuga ofrece a los guardas autóctonos la mejor oportunidad de proteger los nidos, controlar a los depredadores y ayudar a aumentar las posibilidades de supervivencia de las crías de tortuga carey, lisa y golfina.
Con este sistema, lo que normalmente lleva un mes de trabajo de seguimiento sobre el terreno puede lograrse en solo dos horas, utilizando un helicóptero o un dron, combinado con la computación en la nube de Microsoft Azure y el potencial de sus herramientas de Inteligencia Artificial y servicios cognitivos, como las de análisis automático de imágenes.
Con datos precisos de localización casi en tiempo real, los guardas pueden actuar con mayor rapidez para salvaguardar los nidos y proteger a miles de crías para que las poblaciones de tortugas puedan recuperarse en los próximos años.
Una carrera llena de riesgos hasta la edad adulta
El ciclo vital de las tortugas comienza cuando las hembras adultas se arrastran desde las cálidas aguas del Golfo de Carpentaria hasta las playas del Cabo York. Cavan hoyos con sus aletas, algunos en las dunas, otros en la playa, donde cada ejemplar pone hasta 100 huevos que después cubre con arena, arrastrándose de nuevo hasta el mar cuando concluye el proceso.
Si no se les molesta, los huevos se incuban hasta eclosionar. Las crías emergerán unas siete semanas después y se abrirán paso por la arena hasta llegar al océano. Pero la naturaleza, así como otros riesgos, como los inducidos por el propio factor humano, complican extremadamente la situación y ponen en riesgo la supervivencia de la especie.
Una vez que una cría de tortuga entra en el océano, puede morir de cientos de maneras. Cuantas más salgan del cascarón y lleguen al agua, más posibilidades habrá de que unas pocas alcancen a la edad adulta y reproductiva, que en algunas especies puede ser de unos 30 años. Por eso las hembras ponen tantos huevos en cada nido y por eso es tan importante mantener los nidos a salvo.
Los nidos son más vulnerables en los primeros días tras la puesta de los huevos. Es entonces cuando las huellas de la tortuga madre aún son visibles para los depredadores y cuando el olor de los huevos es más intenso. Esto significa que los investigadores y los guardas indígenas deben encontrar, estudiar y proteger los nidos lo antes posible, y ahí es donde la tecnología de Microsoft marca una verdadera diferencia.
Después de las incesantes lluvias del Big Wet, incluso los potentes vehículos todoterreno pueden quedarse atascados. Los guardas forestales pueden tardar semanas en localizar un nido de tortuga, y a menudo llegan demasiado tarde: los jabalíes u otros depredadores ya han desenterrado y comido los huevos. Pero eso está cambiando. Con la ayuda de Microsoft Azure, los investigadores y las comunidades indígenas pueden ahora volar para entender lo que está ocurriendo sobre el terreno, vigilando los nidos y los depredadores a distancia.
Armados con información precisa de localización, gracias al análisis automático de imágenes de la Inteligencia Artificial de Microsoft Azure y seguimiento en tiempo real, los guardas indígenas pueden intervenir. Una vez que saben dónde, protegen los nidos con jaulas, redes y vallas lo suficientemente fuertes como para mantener alejados a los depredadores, pero con huecos lo suficientemente grandes como para que las crías puedan continuar su camino hacia el océano.
Para más información, imágenes y consultar el vídeo sobre la iniciativa, visita: AI and cloud combine to help protect vulnerable marine turtle populations in northern Australia and Cape York.
Recuerda que también puedes acceder a esta y otras informaciones en el Centro de Noticias de Microsoft en España.