Aumentar la productividad, incluso teniendo a parte de la plantilla teletrabajando, es un objetivo crítico de muchas organizaciones. Sin embargo, con un número limitado de horas de trabajo al día, lograrlo depende exclusivamente de la eficiencia de las herramientas utilizadas. En los entornos actuales, asegurar la proliferación de las nuevas aplicaciones es sólo una parte del reto al que deben responder los firewalls de nueva generación, la otra es hacer frente al gran volumen de datos que se procesan, y aquí los dispositivos tradicionales se quedan cortos.
Imaginemos una empresa de investigación farmacéutica que busca crear nuevos medicamentos y al mismo tiempo ofrecer valor a los accionistas. Las pruebas, el modelado y el renderizado en 3D son fundamentales para el proceso de investigación. Estas funciones requieren el procesamiento y la transferencia de conjuntos de datos muy grandes -a menudo decenas de terabytes o más- lo más rápidamente posible a los simuladores de IA/ML. De esta forma se pueden desarrollar nuevos medicamentos con mayor rapidez, reduciendo los costes y los riesgos para el ser humano.
Pero esos datos también deben estar protegidos, ya que cualquier error que se introduzca de forma malintencionada en esa información puede arruinar meses o años de investigación. Por no hablar del riesgo de robo de datos por parte de competidores o de otros estados. Es esencial utilizar un hardware de seguridad especialmente diseñado para estos fines.
Estamos solo ante el principio del problema, ya que la próxima generación de coches, ciudades e infraestructuras inteligentes -transporte, redes eléctricas, fábricas, etc- unida a la aplicación de Inteligencia Artificial y Machine Learning, implicará la gestión y el procesamiento de cantidades masivas de datos. Esta ola de inteligencia y big data requerirá de infraestructuras más rápidas y eficientes, que puedan proporcionar suficiente rendimiento y capacidad de procesamiento. Y sin embargo, la mayoría de los proveedores de seguridad no tienen contemplado este escenario, lo que pone en riesgo el futuro de la revolución digital.
Un mundo hiperconectado requiere de firewalls hipereficientes
La transición de 4G a 5G también incrementará la necesidad de sistemas más eficientes. Los operadores deberán asegurar sus redes masivamente escalables, al tiempo que garantizan una rápida configuración de la conexión del usuario y la menor latencia posible. Y también aquí, los proveedores de seguridad tradicionales van un paso por detrás.
En un mundo hiperconectado como el que se avecina, el rendimiento es sólo la mitad de la ecuación, la escalabilidad es igualmente esencial y por eso, será necesario cumplir nuevas normas de rendimiento y escalabilidad de la seguridad.
Empresas y operadoras deberán buscar dispositivos capaces de ofrecer hiperescala e hiperrendimiento y que sean capaces de proporcionar una visibilidad completa de las amenazas que se esconden en los canales cifrados y de identificar aplicaciones no autorizadas, además de detectar y detener ataques conocidos y desconocidos. En definitiva, sistemas con los que nunca tengan que elegir entre ser competitivos y estar seguros. Únicamente así podremos avanzar hacia un mundo verdaderamente digital. La tecnología ya está disponible, solo hace falta dar el salto acompañados del partner adecuado.