En el caso del puesto de trabajo digital se trata de una novedad muy reciente, impulsada principalmente por el desarrollo de la tecnología y la conectividad que, en los últimos 20 años, ha transformado la manera de trabajar.
Ya no es necesario disponer de un espacio físico común. Al contrario, los interlocutores pueden estar alejados a muchos kilómetros entre ellos si disponen de una buena tecnología y conectividad.
¿Y que se necesita para un trabajo digital óptimo? Básicamente, equipos relacionados con la tecnología, la comunicación, la capacidad de gestión y análisis, contar con un almacenamiento solvente y la máxima seguridad.
Para nosotros, este último factor es esencial. Porque ya sea en cualquier sede de la empresa o ubicación exterior, trabajar en línea supone no solo estar expuesto a amenazas cibernéticas, sino a las perturbaciones de la red eléctrica a la que estamos conectados.
Porque el origen de todo trabajo digital está vinculado a un suministro energético estable y continuo, porque sin energía no hay trabajo digital. Es un axioma obvio. Como consecuencia de esa dependencia, es fundamental que todos los sistemas asociados al trabajo digital tengan una adecuada alimentación eléctrica y que ésta se efectúe de forma ininterrumpida.
Ese factor de riesgo se incrementa de forma notable en el ejercicio del teletrabajo, al no disponer el empleado de la misma infraestructura tecnológica de su empresa. Porque seguro que para su lugar de trabajo digital dispone de un avanzado software para mensajería, innovadoras plataformas para reuniones virtuales, diferentes recursos de almacenamiento en la nube, las últimas novedades en redes sociales, etc. pero si no dispone de un Sistema de Alimentación Ininterrumpida (SAI-UPS), todo ese equipamiento no le servirá para desarrollar su trabajo de forma eficiente.
Los SAI-UPS no solo proporcionan la energía suficiente para evitar fallos en los sistemas provocados por cortes de suministro eléctrico, sino que además mejoran la calidad de la tensión de red, evitando así que los equipos electrónicos e informáticos a ellos conectados acorten su vida de funcionamiento.
De un coste económico no muy elevado, los SAIs constituyen el primer elemento de seguridad para las cargas conectadas asociadas al trabajo digital actual.