Aunque su adopción no ha dejado de crecer año tras año, el impacto de la pandemia supuso un impulso en esta tendencia, puesto que muchas organizaciones tuvieron la necesidad de desplegar soluciones de este tipo para poder dar acceso remoto a sus puestos de trabajo a miles de empleados y no verse obligadas a interrumpir su actividad.
El trabajo en remoto y la urgencia de garantizar el acceso a las herramientas específicas para el desarrollo de la actividad de las organizaciones desde cualquier lugar y dispositivo fue una de las principales necesidades durante los primeros meses de la crisis sanitaria. Las organizaciones se han dado cuenta de que es vital contar con soluciones de respaldo que garanticen el acceso al puesto de trabajo, físico o virtual, que aseguren su ubicuidad y que la continuidad del negocio no se vea afectada ante incidencias de este tipo.
Por eso, la mayoría de las organizaciones están instaurando soluciones de virtualización de escritorios. Este modelo les permite contar con una fuerza laboral más productiva y es una ventaja para atraer al mejor talento posible. Además, el acceso remoto permite incrementar la productividad del puesto de trabajo, haciéndolo accesible las veinticuatro horas del día. Es importante destacar que muchas organizaciones lo conciben como un sistema de resiliencia ante desastres.
Según algunos estudios, se espera que el mercado global de VDI tenga una tasa de crecimiento anual compuesto de más del 58% hasta 2026, lo que supondrá la consolidación de la tecnología VDI en muchos sectores en los que su adopción todavía no es mayoritaria. En un mundo tan cambiante y lleno de incertidumbre, las organizaciones deben adaptarse a cada momento. Tras muchos meses de pandemia, ya no vale cualquier parche, ya no valen soluciones de emergencia, sino soluciones a largo plazo que aporten un verdadero valor capaz de ofrecer una ventaja competitiva frente al resto del mercado y que incluyan beneficios extra a parte del teletrabajo.
Segmentos punteros
Sectores como el educativo han sido un claro ejemplo del éxito de las soluciones VDI desde hace muchos años. En España muchas universidades cuentan con soluciones de VDI para poder ofrecer modelos semipresenciales tanto a alumnos, profesores, como al personal administrativo y de servicios. Durante los dos últimos cursos, esta tecnología se ha convertido en indispensable para toda institución académica, y así seguirá siendo los próximos años.
Además, la virtualización de escritorios está extendiéndose rápidamente en otros sectores como el sanitario, la administración pública o la industria. Cada vez son más las compañías industriales que adoptan el VDI, puesto que es una forma rápida y eficaz de reanudar el trabajo en caso de que un dispositivo deje de funcionar debido a fallos en el hardware o software. Podemos ver un ejemplo de esta adopción del VDI por parte de la industria en Fagor Industrial, compañía que ha integrado recientemente esta tecnología en una de sus grandes fábricas.
Principales desafíos
Existen dos retos a los que el VDI se ha de enfrentar para cumplir todo lo anteriormente afirmado. La integración de un broker de conexiones con herramientas de terceros que permitan una gestión centralizada y la automatización de tareas por parte de las empresas es el primero. Dentro de este campo existen dos opciones principales. Por un lado, hay brokers que normalmente pertenecen a grandes multinacionales y suelen optar por un entorno cerrado, que utiliza elementos y tecnologías propias. En la otra cara de la moneda encontramos brokers abiertos, más enfocados a la practicidad y la flexibilidad, que buscan adaptarse a las necesidades particulares de cada empresa.
El siguiente desafío del que no debemos olvidarnos es la necesidad de aumentar la seguridad en un contexto en el que los puestos de trabajo cada vez están más amenazados por los ciberdelincuentes. Según datos del Digital Trust Survey 2022 de PwC, más del 50% de las compañías espera que los ciberataques aumenten en 2022. Por ello, este año la filosofía “Zero Trust” cobrará mayor importancia que nunca, las organizaciones deberán adoptar este modelo de confianza cero, dando por hecho que en algún momento pueden ser vulneradas. Las soluciones VDI son tecnologías seguras de base, puesto que eliminan el riesgo que supone no tener ningún control sobre el dispositivo físico que utiliza el usuario y, en caso de detectarse una amenaza, se puede aislar y eliminar de forma inmediata. Aun así, a la hora de buscar un proveedor de VDI, las organizaciones deberán optar por aquellos que garanticen que la información viaja cifrada de extremo a extremo, y permitan integrar controles de acceso a la información corporativa o políticas de privilegios mínimos.
En definitiva, todo apunta a que 2022 será un gran año para el VDI, que se extenderá aún más en los sectores en los que ya está presente y entrará con fuerza en otros nuevos, ayudando a que miles de organizaciones reduzcan al mínimo los costes operativos que conlleva el puesto de trabajo.
Virtual Cable
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