La transformación digital, desde hace algún tiempo, es un objetivo clave por alcanzar lo antes posible para muchas compañías; pero, en los últimos meses, hemos vivido cómo ha pasado a convertirse en algo esencial y sin posibilidad de aplazar por más tiempo. Empresas de todo tipo y tamaño han acelerado sus procesos de digitalización para adaptarse a lo que se ha denominado ‘nueva realidad’, en la que la flexibilidad para trabajar desde cualquier punto no debe afectar en absoluto al rendimiento de los negocios.
Los negocios están marcados por la constante reevaluación de entornos operativos y reorganización de las empresas para navegar en tiempos volátiles e inciertos. Esta reciente situación ha puesto de manifiesto que las compañías deben asegurarse disponer de una infraestructura capaz de responder con flexibilidad ante cualquier eventualidad inesperada. Cuando miramos con perspectiva, apreciamos que todos los sectores se han debido enfrentar al reto de conseguir el éxito en sus operaciones de forma remota y aquellas compañías que ya se apoyaban en entornos digitales, partían con ventaja. Por el contrario, las que decidan dar el salto ahora y adoptar soluciones de transformación digital también estarán mejor preparadas para afrontar los cambios repentinos que vengan de aquí en adelante.
Ante este nuevo paradigma muchas son las compañías que desean formar parte de un mundo digitalizado en el que —gracias a la interconexión— empresas de diferentes sectores puedan asegurar sus servicios y operar de forma ininterrumpida, rápida, directa y segura. Para lograrlo, se convierte en imprescindible disponer de una plataforma global de interconexión que aglutine grandes ecosistemas de negocio y permita este tráfico directo y seguro entre todos sus integrantes, como Platform Equinix que da servicio a más de 10.000 empresas de todo el mundo, entre las que se incluyen los principales proveedores cloud del mercado.
Estamos saliendo de una situación excepcional, cuyo impacto en muchos negocios sobrepasará el corto plazo; aquellas empresas que estén más avanzadas en sus procesos de transformación digital podrán mitigar antes y mejor estas dificultades, aumentar la capacidad de recuperación de sus operaciones y obtener ventajas competitivas para el futuro. La interconexión marca el ritmo de la evolución y es el motor que nos permite no quedarnos atrás en una competitividad cada vez mayor entre compañías, tal y como refleja el tercer volumen del Índice de Interconexión Global, que estima que para 2022 el ancho de banda de la interconexión experimentará un crecimiento de 51% CAGR. El mercado evoluciona y se adapta a las nuevas necesidades. Juntos estaremos preparados.