Una vez más, la famosa 4ª revolución industrial de la que todo el mundo hablaba, que probablemente se consolidaría en un período de entre 3 y 5 años, se ha hecho real de una manera “revolucionaria”, como no podía ser de otra manera, provocada en este caso por una pandemia.
En poco menos de tres meses, las empresas, las organizaciones de todo tipo, las personas,…descubrieron que las comunicaciones y tecnologías que utilizaban a diario, podían evitar el colapso global permitiendo continuar con la actividad de una manera remota a través del “Teletrabajo”. La rápida adopción del teletrabajo planteaba beneficios, pero a la vez grandes retos para las empresas que adicionalmente tuvieron que implementarlo en un tiempo récord. Según el último informe publicado por el fabricante Pulse Secure, “2020 Remote Work From Home Cybersecurity Report”, la implementación en las empresas del teletrabajo, paso de unos valores inferiores al 25% en el mes de Diciembre del 2019 a una adopción superior al 75% a finales de Mayo del 2020.
Esta rápida adopción planteó múltiples retos a las organizaciones en términos de seguridad que en muchos casos, debido a la necesidad de mantener la productividad, aplicaron las mismas políticas de seguridad a los usuarios internos que a aquellos que iban a teletrabajar, (un 78% según el informe), usuarios que utilizaban dispositivos corporativos, pero que en muchos casos, también utilizaban dispositivos personales no gestionados por la organización con el consiguiente riesgo para la seguridad.
Ante esta nueva realidad, las organizaciones han sido conscientes de los beneficios del teletrabajo en términos de mejoras de productividad (mayor a un 38%), reducción de costes de infraestructura, desplazamiento, optimización de tiempo, etc…de tal manera que el 84% de las empresas encuestadas están desarrollando programas relacionados con el teletrabajo, acelerando colateralmente la adopción de la nube (mas de un 54%).
Son grandes los retos que esta tendencia plantea a nivel de seguridad, por este motivo surge la necesidad de evolucionar estas plataformas a servicios Zero Trust, ya que la nueva realidad ha de ser capaz de permitir un acceso seguro a la información de usuarios que se conectan desde múltiples ubicaciones, múltiples dispositivos, a fuentes de datos que pueden estar alojadas en múltiples ubicaciones y para las que el concepto de perímetro de red, con zona segura o insegura ha muerto, dando paso a la nueva estrategia Zero trust y SDP.
Estamos viviendo una gran revolución protagonizada por el Teletrabajo, pero a la vez se está produciendo un importante cambio de paradigma en la definición de la seguridad, protección de activos y control de acceso a la información, que está haciendo replantear la manera en la que aplicamos la seguridad en los sistemas de información.
Patricia Cobo, Business Development Manager – Arrow Spain
Rafael Cuenca, Regional Channel Manager – Pulse Secure
Más información en: http://www.arrowecs.es/ y https://www.pulsesecure.net/