Ese era el título de la ponencia que Mar García, Sales Engineer Manager de Citrix Iberia, tenía que haber impartido el 11 de Marzo en el congreso ASLAN2020. El 25 de Febrero teníamos que mandar el título de la ponencia a la organización, nos reunimos parte del equipo para buscar un título interesante y atractivo para la audiencia. Llevábamos un par de días con muchas preguntas sobre cómo podíamos ayudar a las organizaciones sobre el plan de continuidad de negocio y la mejor forma de implementar el teletrabajo. Así que, aunque nos parecía un poco transgresor, lo consideramos impactante y relevante para la situación que se acercaba. La presentación nunca se llegó a realizar. El evento se suspendía después de la jornada del día 10.
Durante las siguientes semanas ayudamos a más de medio millón de personas para que pudieran permanecer a salvo en sus casas al tiempo que podían desarrollar su trabajo en las mejores condiciones posibles. Gran parte de las organizaciones públicas y las principales entidades financieras, energéticas, sanitarias, aseguradoras o de distribución habían apostado por Citrix para sus soluciones de teletrabajo.
Han pasado ahora poco más de dos meses. El reto ahora ya no es como resolver urgentemente y con seguridad el acceso remoto de los usuarios, el nuevo reto en la nueva normalidad es ofrecer un entorno estable y usable para ofrecer la experiencia digital adecuada al trabajador en el futuro; además, conseguir que el teletrabajo sea una realidad. Tanto organización como usuarios deben obtener beneficios mutuos.
El trabajo es lo que se hace, no donde se hace. En esta nueva normalidad del entorno laboral la experiencia digital debe ser la misma independientemente de donde estemos y del dispositivo tengamos. Lógicamente, en un entorno de seguridad global. Por supuesto, hay distintas soluciones que puedan ayudar; sin embargo, en cualquier entorno mínimamente complejo que mezcle aplicaciones tradicionales con aplicaciones SaaS no es suficiente con acceso a través de VPN’s.
Tampoco hay que olvidar que la situación extrema a la que nos hemos enfrentado no es un entorno adecuado de teletrabajo. Ni para la empresa ni para los trabajadores. Por un lado, la falta de cultura y liderazgo adecuados o las limitaciones en las infraestructuras necesarias; y, por otro, sin los beneficios de la gestión del tiempo, de un entorno físico adecuadamente preparado o de las ventajas de la conciliación laboral.