Habitamos un mundo digital y móvil. En este momento, 3.200 millones de personas están conectadas alrededor del planeta. Usamos Internet y el terminal móvil para trabajar, comprar, entretenernos, e incluso para relacionarnos con las AAPP. España es el país europeo con mayor penetración de smartphones y el más conectado de Europa, con una media de nueve horas al día.
Es un hecho que el acceso a Internet, sea para ocio o negocio, se realiza cada vez más desde el móvil y las apps ganan adeptos día a día. Solo en 2014, más de 21 millones de españoles accedieron a Internet en movilidad, lo que representó un incremento de cuatro millones en relación con el año 2013. Y creciendo.
En este escenario es vital contar con infraestructuras de red y herramientas de conectividad que garanticen la comunicación de las personas en cualquier momento y lugar. Y si esta comunicación es necesaria en el entorno personal, aún lo es más en el ámbito de los negocios, en donde la continuidad y el ‘siempre conectado’ son críticos. Por lo crucial de sus operaciones, bancos, compañías aseguradoras, líneas aéreas y otros medios de transporte, hospitales… no pueden permitirse una caída de sus sistemas de conectividad, pues les generaría importantes pérdidas económicas, de reputación y sociales. Para evitarlo, deben estar preparadas para actuar ante posibles fallos y, en todo caso, contar con sistemas que les permitan detectarlos y prevenirlos.
BYOD, un fenómeno de largo recorrido
Hay una gran presión en los departamentos de IT para asumir el fenómeno BYOD y facilitar la adopción continua de nuevas aplicaciones. Pero a IT le concierne el mantenimiento de una red segura y el evitar que la invasión de aplicaciones consuma los recursos de la red que necesitan las aplicaciones críticas para el negocio. Tanto las grandes corporaciones como las PYMEs, en un momento en el que tienen muy presente ese fenómeno BYOD, deben contar con una solución integrada que facilite el control sobre la red, sobre los dispositivos de los usuarios y sobre las aplicaciones. Solo con el establecimiento de unas políticas claras es posible establecer perfiles de uso para los dispositivos y las aplicaciones de los empleados. Estas políticas de acceso a la red desde dispositivos móviles contextualizan la conexión, de modo que se suministra el adecuado nivel de acceso a cada usuario y se mantiene la red segura.
Para garantizar la seguridad, las aplicaciones de empresa bajo la modalidad BYOD se actualizan automáticamente. Con idéntico fin, los datos de empresa están encriptados en el dispositivo y a lo largo de la red. Pero además es muy conveniente añadir políticas de seguridad basadas en datos contextuales como el perfil, la localización, el movimiento y la hora del día. Por otra parte, ampliar el sistema de políticas de red de empresa a las aplicaciones hace que éstas fluyan por la red de modo óptimo para la empresa: se priorizan las aplicaciones de trabajo que recorren la red y las aplicaciones específicas de la VPN –red privada virtual- son encriptadas cuando se conectan a una red pública.
Finalmente, las soluciones para BYOD eliminan los problemas de responsabilidad corporativa mediante la prevención del acceso a información personal del usuario. El departamento de TI solo puede eliminar aplicaciones y datos corporativos, mientras que la información personal se mantiene intacta.