Han sido años de grandes cambios que nos han traído nuevos modelos de trabajo (formato híbrido, presencial y remoto), de conectividad (fibra, 5G, WiFi6E), retos de ciberseguridad (ransomware, phishing, APT, DDoS) y modelos de consumo en el cloud (IaaS, PaaS, SaaS). Para hacer frente a las nuevas tendencias se imponen paradigmas novedosos y uno de los más disruptivos ha sido SASE (Secure Access Service Edge). Supone la convergencia de soluciones de ciberseguridad Zero Trust y de SD-WAN e implica un gran número de funcionalidades necesarias para que las organizaciones se preparen para abordar los nuevos escenarios: conectividad Zero Trust a aplicaciones corporativas (cloud público, privado, híbrido), navegación segura, CASB (Cloud Access Security Broker), RBI (Remote Browser Isolation), FWaaS, enrutamiento dinámico de aplicaciones, optimización WAN, gestión de ancho de banda, QoS, monitorización de aplicaciones, etc. Todo ello gestionado desde plataformas de Big Data en el cloud que proveen de la suficiente capacidad para analizar grandes volúmenes de datos, identificar situaciones anómalas y proponer acciones correctivas de forma temprana.
En definitiva, se trata de dar un acceso seguro a usuarios que han cambiado su forma de trabajar (híbrida), han aumentado su exposición a ciberamenazas y demandan conectividad estable, rápida y segura a las aplicaciones de negocio allá donde estén.