Los nuevos entornos digitales presentan un desafío para la conectividad y seguridad de las empresas. Primero, los negocios necesitan conectar a las personas. No solo empleados, sino a estos con clientes y proveedores. Asimismo, estos usuarios están más repartidos que nunca. Tenemos ante nosotros un paisaje de dispositivos, aplicaciones, datos, sensores y personas distribuidos en diversas ubicaciones y, además, utilizando recursos dinámicos.
El cliente no puede permitirse la inversión necesaria en desplegar una infraestructura capaz de todo esto y, además, gestionarla y operarla. Precisa de una compañía que pueda abarcar esta complejidad y traducirla en soluciones tecnológicas que actúen como palanca del negocio. El encargado es el proveedor de servicios administrados, o Managed Service Provider (MSP).
El modelo que permite al MSP responder a la multiplicación y movimiento de las ubicaciones, así como afianzar el acceso seguro desde la nube, es el Secure Access Service Edge (SASE). Según Gartner, SASE es una arquitectura emergente que combina las capacidades WAN integrales representadas por SD-WAN con las funciones, también globales, de seguridad (SWG, CASB, FwaaS y ZTNA), para cubrir las necesidades dinámicas de acceso seguro de las empresas digitales. SASE, como nuevo paradigma de integración de conectividad y seguridad, constituye la evolución necesaria para enfrentar los retos de la era digital.
Un factor clave del éxito de la transformación digital es tener en cuenta que la tecnología no puede representar un fin en sí mismo y SASE tampoco. El Managed Service Provider debe adaptar el paradigma SASE a la infraestructura actual del cliente, y tener en consideración la capacidad de gestión del cambio del mismo. El despliegue del paradigma SASE ha de alinearse con la estrategia de transformación digital de cada organización y negocio. Con esta fórmula, obtendremos el camino de digitalización de la empresa.
Por último, utilizar modelos XaaS no implica necesariamente facilidad de gestión. Mantener y operar una infraestructura IT as a Service requiere de una gestión intensiva para explotar al máximo sus capacidades de dinamismo y flexibilidad. Las soluciones Software Defined han de tener un componente de gestión y operación, y el Managed Service Provider debe incluirlo con una visión global.
