Los efectos de la emergencia provocada por la crisis de la COVID-19 no son solo sanitarios, todos, de una u otra manera, nos enfrentaremos a nuevos desafíos que resolver. En el mundo de la empresa, todas sin excepción están revisando y reformando sus objetivos de negocio y sus desafíos se centran fundamentalmente en dos aspectos; por un lado gestionar el déficit de flujo de caja, por el otro fortalecer las operaciones reduciendo los riesgos y mejorando la agilidad. Conseguir estos objetivos requiere que se resuelvan cuestiones como la reducción de costes asegurando unos niveles de calidad adecuados en las aplicaciones críticas del negocio.En este sentido una arquitectura de almacenamiento que permanezca actualizada de forma permanente, basada en software y subscripción permite la transformación del gasto Capex en Opex y evita inversiones iniciales al tiempo que se consigue una arquitectura permanentemente actualizada.