El ámbito empresarial y financiero está en constante evolución y la clave del éxito radica, entre otros factores, en la resiliencia y en la capacidad de anticiparse a los cambios. En esta era de transformación digital, la Inteligencia Artificial (IA) emerge como una fuerza disruptiva que redefine profundamente la operatividad y la productividad de las empresas, así como la dinámica de los mercados financieros. Su impacto en la sociedad es innegable, y su rápida adopción está transformando el panorama empresarial actual. No se trata de algo que vaya a suceder en un futuro cercano o lejano; es una realidad presente.
Esta realidad tiene diferentes actores, todos comparten escuela, pero la especialidad de cada uno es diferente. Por un lado, está la IA generativa, capaz de crear contenido original y valioso (el ejemplo más conocido es el popularizado Chat GPT), transformando la forma en que se generan estrategias de marketing y se resuelven problemas complejos, entre otras cosas. Por otro lado, está la IA causal, que permite a las empresas descubrir conexiones entre variables aparentemente independientes, proporcionando una comprensión más profunda para la toma de decisiones acertadas. Y, por último, está la IA predictiva, que utiliza datos históricos para prever tendencias y comportamientos futuros, permitiendo una acción proactiva y evitando interrupciones costosas. El colofón es la combinación estratégica de la IA generativa, la causal y la predictiva, que está desencadenando una revolución sin precedentes en el mundo empresarial, ya que facilitará predicción, análisis causal y creación de contenidos, todo en uno.
La convergencia de estos tres tipos de IA, llamada IA hipermodal, allana el camino hacia un futuro empresarial más prometedor, permitiendo la aceleración de la transformación digital mediante la creación y configuración automatizada de contenidos, como dashboards e informes, la reducción del MTTR, incluso la reducción de problemas optimizando las operaciones, fomentando el crecimiento, generando empleo de calidad redundando en una mejora de los resultados económicos. A pesar de las preocupaciones sobre la sustitución de empleos, la IA no está diseñada para reemplazar personas, sino para hacerlas más productivas, habilitando a los comités ejecutivos en la toma de decisiones fundamentadas y respaldadas por análisis profundos y predicciones sólidas. Esta capacidad de análisis sofisticado también impulsa la innovación, catalizando el crecimiento de forma exponencial en todos los aspectos.
El resultado de estos avances es un panorama empresarial fortalecido, dinámico y capacitado para afrontar los desafíos del futuro. Sin embargo, aquellos que no dispongan de la asistencia de la IA en sus soluciones y proyectos, se arriesgan a quedarse atrás y perder competitividad. La adopción de la IA es el camino hacia la eficiencia y la innovación en las empresas y los mercados financieros del siglo XXI.
Dynatrace
Solutions Engineer Manager Iberia
