Según datos que proporciona Cisco, para 2023, es decir, a la vuelta de la esquina, el número de aplicaciones que estarán funcionando en los centros de datos y en ubicaciones perimetrales se incrementará en, nada más y nada menos, que un 300 %.
Las personas y las organizaciones buscamos una conectividad cada vez mayor, más rápida y a través de múltiples dispositivos, lo que está derivando en una creciente complejidad a la hora de gestionar la infraestructura de redes. El riesgo: que los procesos manuales y los equipos aislados se conviertan en cuellos de botella a la hora de gestionar estos flujos de trabajo.
La respuesta de los especialistas frente a este desafío pasa por simplificar la gestión de la infraestructura de red, operando desde la nube, y por la automatización, por el empleo de soluciones operativas capaces de generar la velocidad, calidad de conexión y seguridad que las organizaciones empresariales y los usuarios demandan hoy.
Operar la infraestructura desde la nube ofrece ventajas evidentes para las organizaciones. Estamos hablando de la posibilidad de responder con velocidad y de ampliar capacidad para responder a las cargas de trabajo que hoy soportan las redes.
Estamos hablando de que la organización tenga total visibilidad de lo que ocurre en su red y también de que controle las instalaciones y los entornos, ya sean perimetrales o en la nube.
Y, por último, pero no menos importante, estamos hablando de automatizar la gestión de la red para optimizar y mantener la infraestructura global de red.
La creciente complejidad de la red a la que ya hecho referencia en este artículo comienza a hacer inviable o, por lo menos, poco rentable el enfoque manual de la gestión de la red. Si embargo, todavía hoy un altísimo porcentaje de los cambios de red se realizan de forma manual. Y, sin embargo, una mayor automatización de TI, administrada de manera centralizada y remota, es vital para que las empresas se mantengan actualizadas en el mundo digital.
Todo indica que este es el planteamiento de gestión de la infraestructura en la red y su progresiva automatización se van a ir imponiendo progresivamente a medida que crece de forma acelerada el uso de aplicaciones.
Es una propuesta que busca preparar a las organizaciones para el presente, pero, sobre todo, para el futuro. Para seguir incorporando tecnologías y las aplicaciones que puedan ir emergiendo, con la flexibilidad que proporcionan los modelos SaaS (Software as a Service) propios de la gestión de la infraestructura de red en la nube.