Desde mis inicios en el mundo IT a principios de los 90, he visto cómo la tecnología ha transformado la seguridad y la gestión de accesos.
Antes, proteger infraestructuras físicas era suficiente, pero hoy la identidad digital es el nuevo perímetro de seguridad. Con el auge del trabajo híbrido, la nube y el IoT, la gestión de identidades y accesos (IAM) ha pasado de ser una tarea operativa a un pilar estratégico.
Durante años, IAM se limitaba a la administración manual en el Directorio Activo, con altas y bajas sin automatización, generando accesos descontrolados y vulnerabilidades. Hoy, IAM es esencial. Su implementación mejora seguridad, experiencia de usuario y cumplimiento normativo. La automatización, autenticación adaptativa y gestión de identidades en la nube son clave en la estrategia de TI. Se prevé que el mercado global de IAM crezca de 19.800 millones de dólares en 2024 a 61.740 millones en 2032, con una tasa de crecimiento anual del 15,3%. Esto refleja la creciente importancia de IAM en la seguridad y operación empresarial.
La migración a la nube ha cambiado la administración de identidades. Los sistemas locales han dado paso a soluciones IAM en la nube, ofreciendo gestión centralizada y escalabilidad. Plataformas como Azure AD, AWS IAM y Google Cloud Identity permiten gestionar identidades en entornos híbridos y multi-cloud con mayor seguridad y control.
Además, la autenticación sin contraseñas se ha convertido en tendencia clave. Las contraseñas tradicionales están siendo reemplazadas por tecnologías más seguras como passkeys, autenticación biométrica y MFA sin contraseñas, reduciendo la exposición a ataques de phishing y robo de credenciales. Las passkeys, basadas en claves criptográficas, eliminan la necesidad de recordar contraseñas y refuerzan la seguridad. La autenticación biométrica, mediante huella dactilar o reconocimiento facial, permite accesos más ágiles y seguros.
También destaca el uso del Single Sign-On (SSO), que facilita a los usuarios autenticarse una sola vez para acceder a múltiples aplicaciones sin repetir credenciales. Las empresas que no lo implementan tienen una gestión de accesos más caótica y con mayores riesgos de seguridad.
Con el crecimiento del IoT y la automatización, la gestión de identidades no humanas se ha vuelto crítica. Dispositivos, aplicaciones y robots requieren autenticación y control de accesos para evitar vulnerabilidades. Incluir identidades de máquina en IAM garantiza que cada entidad interactúe con los sistemas de forma segura.
Para gestionar la gran cantidad de identidades digitales, la automatización y la inteligencia artificial están transformando IAM. La IA permite detectar accesos sospechosos en tiempo real, ajustar permisos dinámicamente y activar respuestas automáticas ante amenazas. La automatización del ciclo de vida de identidades evita accesos innecesarios y reduce errores humanos, aplicando controles de seguridad sin afectar la productividad.
A pesar de sus beneficios, muchas empresas enfrentan barreras en la adopción de IAM. La integración con sistemas heredados y la resistencia al cambio siguen siendo obstáculos. Las infraestructuras legacy requieren soluciones flexibles y algunos usuarios perciben la autenticación sin contraseñas o la verificación continua como una complicación, cuando en realidad fortalecen la seguridad y simplifican el acceso. La clave está en la formación y en una gestión del cambio efectiva para garantizar una adopción adecuada.
IAM ya no es solo un control de accesos, sino el eje de una seguridad eficiente. La combinación de identidades en la nube, autenticación sin contraseñas y automatización con IA está marcando el futuro de la ciberseguridad. Las empresas que adopten estas tendencias estarán mejor preparadas para un entorno digital donde la identidad es la clave. La seguridad ya no es una barrera, sino un habilitador de negocios más ágiles y protegidos.