Hay un sinfín de elementos que están marcando una nueva realidad. Como ya sabemos, desde la llegada de la pandemia, el teletrabajo se ha impuesto en la mayoría de las organizaciones a nivel mundial. Es una tendencia que llegó para quedarse. Pero no sólo han cambiado los hábitos en el mundo laboral… Desde hace unos años, los consumidores nos hemos ido adaptando a los hogares inteligentes, las ciudades y los coches inteligentes, la conectividad multi ubicua… En definitiva, a un sinfín de dispositivos conectados, lo que conocemos como el Internet de las Cosas.
Los trabajadores y la información no se hallan ya protegidos dentro del perímetro de sus oficinas, lo que genera un novedoso escenario de deslocalización de usuarios y datos. Los ataques han ido creciendo en busca de hacerse con el activo más valioso tanto dentro como fuera de las organizaciones: los credenciales, que se ha convertido en el nuevo “petróleo”. Por eso su protección es tan importante y por eso han de cambiar las estrategias de seguridad, ahora más orientas a la protección de estos, como el nuevo perímetro de las organizaciones.
Por otro lado, la información viaja cifrada (HTTPS-SSL), lo que ocasiona un nuevo quebradero de cabeza a la ciberseguridad, al no poder inspeccionar el contenido de los paquetes, contentándonos con las cabeceras, a veces insuficientes, por la característica polimórfica de las aplicaciones y malware actual. Además, para complicarlo más, utilizamos dispositivos no corporativos, en los que no podemos realizar una gestión eficaz de los certificados digitales para poder analizar dicho tráfico encriptado.
Así, la ciberseguridad se convertirá en una de las prioridades en 2022 tras quedar patente que todos los sectores, todas las empresas y todas las personas puede ser objetivo del cibercrimen y de los ataques de todo tipo, pero especialmente los de ransomware que irán a más en 2022. Es un negocio rentable, y así lo ha entendido el lado oscuro del ser humano.
Como dato, cabe destacar que, en 2021, los investigadores de SonicWall registraron muchos más casos de ransomware que en cualquier año anterior: 623,3 millones de ataques a nivel global, lo que supone un aumento del 105 % respecto a 2020, que ya había sido un año récord, y más del triple del número visto en 2019. A esto que añadir que, en 2021, el volumen del malware de IoT aumentó un 6 %, con un total de 60,1 millones de ataques a final de año, y los de cryptojacking siguieron en ascenso, con un 19 % más a nivel global y 97,1 millones de ataques, el mayor número que los investigadores de amenazas de SonicWall Capture Labs han registrado en un solo año.
Por tanto, es imperativo hoy en día garantizar que las medidas de seguridad que adopten las empresas cubran estos nuevos escenarios híbridos de trabajo. Las tecnologías deben permitir el control y la protección de los datos y de la información, núcleo de una arquitectura que Gartner ha definido como SASE (Secure Access Service Edge), y que representa la evolución de las plataformas de seguridad para hacer frente a estos nuevos desafíos. Un acceso seguro y una defensa de las credenciales es más necesaria que nunca.
Sonicwall
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