¿Cuáles son los principales retos a los que se han enfrentado en 2020 y con cuáles cree que se van a encontrar en 2021?
Si por algo se ha caracterizado 2020 ha sido por la relevancia que han cobrado las nuevas tecnologías en el funcionamiento diario de las empresas ante una situación adversa como la que estamos aun viviendo. La digitalización era algo pendiente desde hace tiempo y la pandemia ha fomentado esa transformación más que cualquier otro elemento en los últimos años.
La transformación digital de cualquier entidad, sea pública o privada, siempre ha supuesto un reto, pero es necesario continuar con este proceso para mantener el nivel de exigencia de los clientes y estar mejor preparados de cara al futuro. Creo que el reto para este nuevo año será que las empresas que precisamente comenzaron su transformación digital puedan asentar sus bases y evolucionar para seguir mejorando sus servicios, además de crear políticas y procedimientos internos sobre el uso correcto de la información, los datos y en general los activos tecnológicos para evitar las amenazas dirigidas a las infraestructuras de teletrabajo y a los propios trabajadores conectados en remoto.
En los últimos meses, tanto los organismos públicos como las empresas privadas han tenido que cambiar sus modelos de trabajo internos, pero también adaptarse a una nueva atención a usuarios y clientes. ¿Qué medidas y tecnologías han tenido que adoptar y adaptar los equipos de TI?
No hay duda, el 2020 ha sido el año del cambio. Hemos cambiado la manera en la que trabajamos, el lugar donde trabajamos, el momento en el que trabajamos e incluso, hasta cierto punto, por qué trabajamos. Y todo ello a un ritmo que muy pocos podrían haber imaginado. Así surgió la fuerza de trabajo “distribuida”, y ya hemos visto en compañías internacionales señales de que esta situación podría tener cierta permanencia.
La creación de una fuerza laboral distribuida no está exenta de desafíos, que van desde la incorporación de empleados de manera remota, la seguridad, el bienestar de los empleados, etc. La magnitud actual de la fuerza laboral distribuida, debido a la pandemia, ha potenciado la proliferación de tecnologías y plataformas digitales. Mientras intentan continuar con sus operaciones, las organizaciones trasladan más aplicaciones a la nube, lo que en muchas ocasiones genera nuevos silos de información. A medida que las plantillas de trabajo se encogen y expanden, y algunos empleados prefieren quedarse en casa, el conjunto de dispositivos de las organizaciones que admiten la modalidad de trabajo remoto es cada vez más heterogéneo, con la adopción de estrategias del tipo “trae tu propio dispositivo” (BYOD por sus siglas en inglés). En consecuencia, cada dispositivo nuevo conectado a la red empresarial representa un posible blanco de ataque para los hackers. Todos estos factores alteran el perímetro de seguridad de las empresas, lo que hace imprescindible contar con modelos de seguridad de confianza cero.
¿Qué aspectos deberían priorizar las empresas que estén en pleno proceso de transformación digital?
Las empresas deben tener en cuenta que no existe una única aplicación o tecnología que permita la transformación digital, se trata de un proceso largo que consta de diferentes fases y elementos, como por ejemplo la computación en nube, la modernización de las aplicaciones o un espacio de trabajo digital capaz de mejorar la experiencia de los empleados entre otros.
Además, que se haya tenido que poner el foco en lo tecnológico significa que los directivos pongan su atención también en ello.
Afortunadamente, esta transformación digital “a la fuerza” ha permitido a las empresas darse cuenta de lo esencial que es que sus directivos tengan cierto perfil tecnológico. De hecho, son muchos los que lo reconocen, un nuevo estudio de VMware se concluyó que más del 70% de los directivos de EMEA creen que los puestos de CEO y de liderazgo ejecutivo deberían ocuparlos personas con conocimientos tecnológicos ; porque los directivos con conocimientos tecnológicos aportan en los procesos de mejora de eficiencia de la compañía (50%), con un consiguiente un aumento del rendimiento empresarial (42%), un mayor potencial de innovación (40%) y mejoras en las experiencias de usuario (37%).
Todas ellas métricas indiscutibles de una Compañía con un futuro saludable.
Con respecto al malware, que cada año se incrementa y cuyas principales víctimas son las instituciones públicas, tales como ayuntamientos, hospitales y centros de salud, ¿qué soluciones aporta su empresa?
Según el último estudio de VMware Carbon Black, un 53% de sus encuestados se ha encontrado con un aumento de los ciberataques que aprovechan el COVID-19, apuntando específicamente a ineficiencias de acceso remoto (52%), vulnerabilidades de VPN (45%) y la escasez de personal (36%) como los desafíos de seguridad. Ante esta amenaza a la seguridad, los sistemas y los equipos de TI se han visto obligados a proporcionar controles de ciberseguridad.
Los entornos aislados y difíciles de gestionar son una ventaja para los atacantes desde el principio. Esta dispersión de la seguridad ha aumentado la complejidad de su propia gestión desde las empresas. Por esa razón se debe adoptar una metodología de seguridad intrínseca que combine la detección y la respuesta a las amenazas, además de reforzar la infraestructura. Desde VMware ofrecemos seguridad intrínseca desde los terminales hasta la nube, aprovechando la infraestructura para dar visibilidad a aplicaciones, usuarios y dispositivos, y combinando todo ello con destacadas funciones de detección y respuesta ante las amenazas.
El modelo cloud ha sido fundamental durante 2020 donde la pandemia ha obligado a desplegar soluciones rápidamente para que las empresas pudiesen seguir funcionando, desde sistemas que facilitan el trabajo a distancia a redes privadas virtuales o incluso contact center virtuales. ¿Cómo ha actuado su empresa a esta premura que requería el mercado? Y en 2021 ¿cómo cree que se presenta la situación?
Durante 2020, la solución VMware Horizon Cloud ha permitido a las empresas gestionar escritorios y aplicaciones virtuales. A su vez VMware Cloud on AWS ha sido capaz de mover de manera rápida y más segura las aplicaciones de las organizaciones a la principal nube pública, beneficiándose así de una mayor agilidad, flexibilidad, y escalabilidad además de conseguir un importante ahorro en costes.
El ejemplo más tangible ha sido nuestra colaboración con Fujitsu en un proyecto para el Instituto Catalán de Salud (ICS) y el Centro de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (CTTI) de la Generalitat de Cataluña. En concreto, se consiguió que su personal sanitario pudiera trabajar desde sus hogares, hoteles medicalizados y hospitales de campaña, entre otras ubicaciones clave, con toda garantía, seguridad y sin interrupciones, en un tiempo récord para ofrecer el mejor servicio sanitario posible a los ciudadanos en los peores momentos del inicio de la pandemia.
Respecto al futuro, desde VMware consideramos que es necesaria la reinvención de las empresas y trabajar en una estrategia de cara a la Agenda 2030, que pasa por la sostenibilidad, la equidad y la confianza. Nuestro plan va dirigido a proteger el mundo de los ciberataques haciendo que la seguridad sea intrínseca a la infraestructura digital, a colaborar con socios de la nube pública para lograr operaciones con cero emisiones de carbono, y a proporcionar la adquisición de habilidades digitales técnicas y duraderas a más de 15 millones de personas a través de iniciativas como VMware IT Academy.