¿Cree que el mercado de servicios de TI ha sido uno de los más ‘beneficiados’ por la pandemia?
Sin duda ha sido uno de los sectores que menos está acusando los efectos de la pandemia. Ha habido soluciones tecnológicas, como las asociadas al teletrabajo y las herramientas colaborativas, que han experimentado un auténtico boom y eso se ha trasladado a la cuenta de resultados de muchas organizaciones, aunque ha habido otras que sí se han visto afectadas.
En todo caso, esa digitalización forzada inherente a la crisis sanitaria ha provocado que sus efectos en nuestro sector hayan sido mucho menos dramáticos y, por regla general, no se han traducido ni en los números rojos ni en la destrucción de empleo que desafortunadamente hemos visto en otros sectores.
¿Considera que su sector estaba preparado para dar respuesta a este nuevo escenario?
Nos hemos enfrentado a una situación absolutamente impredecible, a una especie de experimento piloto en el que, de repente, nuestras infraestructuras tecnológicas se han convertido en la columna vertebral de nuestro sistema para mantener puestos de trabajo, comunicaciones, actividad en las escuelas, ocio y, en general, nuestra forma de vida. Nunca antes las habíamos sometido a pruebas de resistencia tan exigentes y severas pero hemos comprobado que, en general, han respondido con éxito y que el Cloud ha sido, sin duda, uno de los salvavidas de la crisis.
Este proceso de transformación de nuestro sistema productivo continuará en 2021 y en Arsys confiamos en seguir dando respuestas, ayudando a administraciones y sector privado a encontrar el camino más rápido y directo hacia el Cloud.
El teletrabajo ha sido una de las tecnologías más demandas durante la pandemia. ¿Cómo lo han vivido? ¿Qué soluciones ofrecen al respecto?
Las tecnologías asociadas al teletrabajo han sido las grandes protagonistas de esta digitalización forzosa que ha provocado la pandemia. Y entre todas, la más sobresaliente ha sido la virtualización de escritorios (DaaS, Desktop as a Service), consolidada ya como una de las herramientas más poderosas para mantener la productividad de las empresas.
Esta tecnología nos permitió, en lo más crudo de la crisis sanitaria, resolver de forma urgente muchas situaciones críticas, siendo capaces de concluir en pocos días proyectos que normalmente nos llevaban varias semanas. Gracias a ellos muchas compañías consiguieron sobreponerse a la adversidad.
¿Por qué funcionan tan bien? Sencillamente, porque responden a las necesidades tangibles de las organizaciones: movilidad, rendimiento y costes predecibles en pago por uso. Y con absolutas garantías de seguridad en un entorno absolutamente blindado.
Además, como la informática local se reduce a la mínima expresión, las empresas se benefician de un ahorro importante asociado a mantenimientos, electricidad, licencias de software y horas de servicio técnico.
Una de las crecientes preocupaciones es la seguridad de los datos almacenados en la nube. Según Forbes, el 80% del trabajo de las empresas ya se encuentra almacenado de manera virtual en 2020. ¿Qué infraestructuras y sistemas se han de crear para garantizar la seguridad de la información y la fuga de datos?
Hoy en día la seguridad no debiera ser ningún freno cuando valoramos una migración al Cloud, a pesar de la complejidad creciente de los nuevos entornos multicloud donde conviven nubes públicas, privadas o híbridas.
Para ello es necesario ofrecer una seguridad nativa y un enfoque holístico que afecte a la propia infraestructura y que se controle de forma centralizada, además de una monitorización exhaustiva, sistemas de autenticación y las diferentes capas que aporte cada organización. Las certificaciones del Esquema Nacional de Seguridad e ISO 27001 o la Tier III de Uptime Institute, como las que tenemos en nuestro centro de datos, garantizan esa seguridad.
Además, debemos tener en cuenta que el eslabón más débil en la seguridad empresarial se encuentra siempre al otro lado del teclado por lo que la estructura más robusta no es eficaz si no la acompañamos de formaciones en la materia que “obliguen” a todos los empleados.
¿Qué papel va a jugar el Cloud Computing en 2021 frente a la reconstrucción económica empresarial?
Está jugando y va a jugar un papel cada vez más esencial. Cloud es sinónimo de digitalización y transformación digital, de agilidad, flexibilidad, transparencia y costes predecibles. Es fundamental para incrementar la productividad y la competitividad de las empresas, especialmente entre las pymes, que constituyen más del 90% de nuestro tejido empresarial porque, hasta la llegada del Cloud, digitalizar exigía grandes inversiones y profesionales especializados. Dos elementos que situaban el acceso a las tecnologías de la información en un horizonte demasiado lejano para muchas organizaciones. La clave ahora es dar con el socio adecuado, no basta con buscar un proveedor de Cloud. Además debe asesorar y entender de transformación e integración.