Los avances logrados en la atención médica digital no han supuesto una transformación total, sino una mera conversión de lo analógico a lo electrónico. De hecho, el modelo de adopción de registros médicos electrónicos destaca que el cambio de papel a digital tan solo representa el 3% en toda Europa.
Los grandes desafíos del sistema sanitario, tanto público como privado, son un entorno en constante evolución y los riesgos de seguridad. De ahí que sea necesario examinar cómo aplicar las tecnologías digitales emergentes para mejorar la atención y reducir riesgos y costes, centrándose en modernizar la tecnología, automatizar los procesos y racionalizar las operaciones tecnológicas. En este punto resulta vital la labor de los CIOs y CTOs para examinar la situación actual de la infraestructura de TI, crear estrategia para lograr la digitalización y definir en qué áreas puede la tecnología ser más útil frente a las carencias existentes.
El siguiente paso será analizar cómo aplicar las tecnologías digitales emergentes, desde el análisis predictivo y el aprendizaje artificial inteligente (o automático) hasta los dispositivos portátiles, con el soporte de proveedores, especialistas y partners de la tecnología de la salud. Si bien la parte más difícil de la transformación digital sanitaria será cambiar las rutinas consolidadas. Por ello, si se trata de asegurar que los profesionales de la salud estén totalmente equipados para satisfacer la atención a los pacientes, la tecnología deberá proporcionar soluciones. La telemedicina puede permitir el acceso a asesoramiento médico 24 horas al día. Aparte de ofrecer numerosas posibilidades a través de dispositivos portátiles similares a los que usamos para rastrear la calidad de sueño, controlar el ritmo cardíaco o consultar afecciones médicas. Por lo que la transformación digital puede ser algo tan simple como implementar una tecnología que ya se está utilizando de manera extensa. Además, el 57% de las empresas cree que los facultativos podrán ahorrar hasta el 25% de su tiempo gracias al análisis predictivo de los datos.
Por su parte, la Inteligencia Artificial (IA) permite a aquellos médicos que disponen de poco tiempo abordar datos interoperables para satisfacer la demanda de atención médica personalizada. Las herramientas de IA les posibilitará aprovechar el aprendizaje para detectar enfermedades meses antes de que los pacientes muestren síntomas, dando lugar a una atención médica proactiva. Asimismo, facilitar que la recopilación de datos de estos dispositivos se cargue directamente en un registro de salud ahorraría tiempo y permitiría que la atención médica fuese más accesible.
La tecnología tiene el potencial de cambiar la forma en la que los médicos trabajan. Y hoy, más que nunca, eliminar barreras tecnológicas supone tener más tiempo para atender al paciente y para salvar vidas.