Antecedentes
Con el auge de los algoritmos de inteligencia artificial (IA), que requieren una enorme capacidad de cálculo, y el incremento de usuarios, investigadores y empresas demandando acceso a la supercomputación, la infraestructura existente comenzó a quedarse obsoleta, operando constantemente cerca del 100% de su capacidad.
 Durante los últimos años, Caléndula se había sometido a renovaciones parciales mediante inversiones que permitían la incorporación de nuevas máquinas, logrando cubrir las necesidades de los usuarios, pero solo a pequeña escala.
 Este enfoque fragmentado generaba una carga operativa significativa para los técnicos de SCAYLE, quienes debían gestionar una infraestructura heterogénea con múltiples arquitecturas de procesadores, redes, diferentes números de núcleos y tamaños de memoria, complicando su mantenimiento y operación.
Retos
El objetivo principal siempre fue desarrollar una evolución del superordenador que permitiera una ampliación significativa de sus capacidades de cálculo. Esto implicaba no solo incrementar el rendimiento, sino también optimizar la infraestructura para ejecutar un mayor número de trabajos de manera simultánea.
 La incorporación del hardware más avanzado era esencial para garantizar los mejores niveles de rendimiento, adaptándose a las demandas crecientes de sectores como la inteligencia artificial. Esta evolución buscaba superar las limitaciones de las arquitecturas previas, que operaban al límite de su capacidad, y ofrecer una solución escalable y eficiente.
 Al integrar tecnologías como procesadores de última generación, GPUs avanzadas y redes de alta velocidad, se pretendía maximizar el paralelismo en las tareas y reducir los tiempos de procesamiento. En definitiva, el proyecto apuntaba a consolidar un sistema competitivo capaz de satisfacer las necesidades actuales y futuras.
Fases
La primera fase del proyecto consistió en identificar el hardware necesario para satisfacer las demandas de rendimiento y escalabilidad. Una vez definidas las características técnicas mínimas, se procedió al diseño del superordenador, abarcando tanto la distribución en el centro de datos como las topologías de red Ethernet e InfiniBand.
 Paralelamente, se adecuó el sistema de alimentación eléctrica para soportar la mayor demanda energética que requeriría la nueva infraestructura. La recepción de los componentes presentó desafíos significativos debido a los cortos plazos de entrega y la escasez global de piezas críticas, como las GPUs. Posteriormente, se llevó a cabo el apagado y retirada de los equipos antiguos, junto con la instalación del nuevo cableado eléctrico.
 Finalmente, se procedió a instalar los nuevos servidores y equipos de interconexión, culminando con pruebas exhaustivas de estabilidad antes de poner la infraestructura en producción.
Nuevos Servicios
Con la incorporación de la nueva máquina, SCAYLE ha ampliado significativamente su oferta de servicios, incluyendo capacidades avanzadas en inteligencia artificial (IA) y emulación de computación cuántica, áreas que anteriormente no podía abordar de forma óptima. Los usuarios han destacado una notable reducción en los tiempos de cálculo, lo que permite acelerar investigaciones complejas.
 Además, las nuevas capacidades de los procesadores y el incremento en la memoria RAM han facilitado el desarrollo de proyectos más ambiciosos y técnicamente exigentes. Estas mejoras no solo incrementan la eficiencia operativa, sino que también posicionan a SCAYLE como un referente en supercomputación, ofreciendo herramientas punteras para investigadores y empresas.
 La integración de hardware de última generación, como GPUs avanzadas, ha sido clave para atender las crecientes demandas en áreas como el aprendizaje automático y la simulación cuántica, consolidando su papel en el ecosistema nacional.
Conclusiones
El proceso de renovación ha representado un desafío significativo para SCAYLE, involucrando a todas las áreas de la institución para lograr su éxito. Durante los últimos meses, se ha trabajado intensamente con el objetivo de construir una infraestructura que impulse a investigadores y empresas en sus proyectos de investigación y desarrollo.
 Contar con esta nueva máquina, posicionada como una de las más avanzadas de España, es motivo de orgullo para SCAYLE. Ver cómo ya opera a plena capacidad refuerza la sensación de haber realizado un trabajo bien hecho. Mirando hacia el futuro, SCAYLE ya está planificando nuevas actualizaciones para mantenerse a la vanguardia tecnológica.
 La incorporación de hardware más avanzado no solo ampliará la capacidad de cálculo, sino que permitirá ejecutar algoritmos más complejos y sofisticados, abriendo nuevas posibilidades en áreas como la inteligencia artificial, la simulación cuántica y el análisis de datos masivos.









