La digitalización se ha convertido en una prioridad estratégica para Galicia, no solo como herramienta de modernización, sino como base para reforzar la competitividad, la soberanía tecnológica y la sostenibilidad de su tejido público y empresarial. Inteligencia artificial, gestión del dato y ciberseguridad se consolidan como los pilares de esta transformación, en un contexto donde la innovación tecnológica debe ir acompañada de cultura, regulación y gobernanza. Estos fueron los grandes temas que marcaron el coloquio-almuerzo “Retos y oportunidades en Galicia”, celebrado en el marco del Foro Tecnológico Santiago 2025, organizado por la Asociación @aslan.
El encuentro contó con la participación de Alfredo Ramos, representante de la Comisión de Digitalización de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG-CEOE), y Jesús Rodríguez Castro, jefe de Servicio de Informática y Ciberseguridad del Ayuntamiento de Santiago de Compostela. Junto a ellos, las compañías tecnológicas Pure Storage y Veeam, patrocinadoras de este coloquio, aportaron su visión sobre el papel de la tecnología como habilitadora de la innovación, la eficiencia y la seguridad.
El debate dejó claro que la inteligencia artificial ya no es una promesa, sino una realidad que exige ser gestionada con criterio y responsabilidad. Desde la Confederación de Empresarios de Galicia, Alfredo Ramos destacó que la IA debe abordarse no solo desde la perspectiva del hardware o el software, sino también del mindware: la cultura, la regulación y la gobernanza necesarias para integrarla de manera ética y sostenible. En esa línea, subrayó el papel de la Confederación como aliada de las administraciones públicas, especialmente en el desarrollo de la futura Ley de Inteligencia Artificial de la Xunta de Galicia, un marco que permitirá ordenar la demanda tecnológica de las consellerías y garantizar un uso soberano y responsable de los datos de los ciudadanos.
Otro de los temas clave fue la normativa NIS 2, que, lejos de percibirse como una imposición, se entiende en Galicia como una oportunidad para mejorar la madurez digital y la seguridad de las organizaciones. Ramos insistió en que esta norma debe servir para “poner en orden nuestras casas”, impulsando un cambio de mentalidad que lleve a concebir la seguridad como un valor de productividad y competitividad. NIS 2, recordó, no solo afecta a los responsables de TI, sino también a los consejos de administración, que serán legalmente responsables de no actuar con la debida diligencia.
El representante de la CEG defendió además que la tecnología debe verse siempre como un medio habilitador y no como un fin en sí mismo. Las infraestructuras y soluciones digitales, dijo, deben ponerse al servicio de la estrategia y de las personas, ayudando a construir un entorno empresarial más resiliente, competitivo y sostenible.
Desde el ámbito público, Jesús Rodríguez Castro ofreció una visión complementaria basada en la experiencia del Ayuntamiento de Santiago de Compostela, que en los últimos años ha consolidado su modelo de administración electrónica. Tras seis años de desarrollo, el proyecto ha alcanzado un nivel de digitalización del 100%, ofreciendo una base sólida para la gestión documental y del dato. Sin embargo, advirtió de que la verdadera transformación pasa por avanzar hacia una analítica de datos coherente, con información estructurada y de calidad que permita incorporar inteligencia artificial de forma fiable. “No se puede automatizar un proceso si el funcionario no es capaz de encontrar la respuesta —recordó—. La tecnología no puede hacer milagros si los datos no están bien definidos ni gobernados”.
El consistorio compostelano ha aprovechado diferentes programas de financiación —como los fondos EDUSI y, en menor medida, los Next Generation— para avanzar en digitalización, infraestructuras y ciberseguridad. Aunque la financiación ha sido limitada, estos fondos sirvieron como catalizador para poner en marcha su Centro de Operaciones de Seguridad (SOC) y reforzar la protección de los sistemas municipales. Hoy, Santiago dispone de una infraestructura robusta con doble barrera de seguridad, cortafuegos de aplicaciones (WAF), correo seguro Fortmail, backups con Veeam y servicios EDR proporcionados por la Xunta.
Pese a estos avances, Rodríguez Castro reconoció que aún quedan ámbitos de mejora: falta un plan de recuperación ante desastres, es necesario avanzar hacia un modelo Zero Trust y reforzar la protección frente a la pérdida de datos (DLP). También señaló la necesidad de automatizar procesos internos y mejorar el cumplimiento del Esquema Nacional de Seguridad, en el que el Ayuntamiento alcanza actualmente un 53% de conformidad según la última auditoría del Consello de Contas.
La ciudad compostelana también ha dado pasos firmes hacia el concepto de smart city, con proyectos como la plataforma de control de movilidad urbana o el Living Lab que desarrolla un gemelo digital del flujo de personas en el casco histórico, uno de los más complejos de España por su singularidad y alta densidad peatonal. Santiago, recordó, ya ha sido reconocida con un premio @aslan por su proyecto Smart Santiago, lo que refleja su compromiso con la aplicación de la tecnología al servicio de la gestión urbana y la sostenibilidad.
A nivel digital, el Ayuntamiento lanzó recientemente una web semántica capaz de distinguir entre información administrativa y de actualidad, primer paso hacia un futuro asistente inteligente para la ciudadanía. El proyecto, aún en desarrollo, refleja el potencial de la IA aplicada a la atención ciudadana, pero también la necesidad de avanzar con prudencia y rigor técnico antes de automatizar procesos críticos.
El coloquio evidenció que Galicia avanza hacia una digitalización más consciente y sostenible, en la que la innovación tecnológica se combina con una fuerte apuesta por la gobernanza, la seguridad y la confianza. La colaboración entre empresas, administraciones y entidades como la CEG será clave para consolidar este modelo, donde la inteligencia artificial y la ciberseguridad se convierten en ejes de una transformación que mira al futuro con responsabilidad y ambición.











