En la era digital actual, la nube se ha convertido en el núcleo de las operaciones empresariales. Su adopción masiva ha permitido a las organizaciones ser más ágiles, innovadoras y competitivas. Pero, como en toda revolución tecnológica, también ha traído consigo nuevos desafíos, especialmente en el ámbito de la seguridad. ¿Los repasamos juntos?
Comencemos por uno de los principales retos: la gestión de identidades y accesos (IAM). Con empleados trabajando desde múltiples ubicaciones, dispositivos personales accediendo a recursos corporativos y una creciente dependencia de aplicaciones SaaS, garantizar que solo las personas adecuadas tengan acceso a la información correcta se ha vuelto una tarea compleja.
No podemos olvidar la implementación de estrategias de Zero Trust, donde ningún usuario o dispositivo es automáticamente de confianza, se ha vuelto esencial. Este enfoque requiere una verificación continua de identidades y contextos, asegurando que cada solicitud de acceso sea legítima.
Por otro lado, la automatización de procesos de onboarding y offboarding se ha vuelto crucial. En un entorno donde los cambios de personal son frecuentes, es vital garantizar que los nuevos empleados tengan acceso inmediato a las herramientas que necesitan, mientras que los que se van pierden sus privilegios de acceso de manera oportuna.
Y no podemos olvidarnos de la colaboración entre departamentos, que también juega un papel fundamental en la apertura de brechas de seguridad. Recursos Humanos, TI y Seguridad deben trabajar de la mano para establecer políticas claras y eficientes que protejan los activos digitales sin obstaculizar la productividad.
En este colorido contexto, surgen las soluciones de Okta y Auth0 que no solo ofrecen herramientas avanzadas para afrontar los desafíos actuales, sino que están marcando el futuro de la ciberseguridad en la nube. Okta sigue liderando la evolución del Identity and Access Management (IAM) con innovaciones que van más allá del SSO o la autenticación multifactor adaptativa. La incorporación de inteligencia artificial en sus procesos de gestión de accesos permite detectar y responder a amenazas en tiempo real, con una precisión y velocidad imposibles para los sistemas tradicionales.
Un ejemplo claro de esta evolución es la apuesta por Identity Threat Protection y la visibilidad completa sobre Non-Human Identities —como servicios, bots o integraciones API— que ya representan una parte significativa del tráfico y los accesos en los entornos cloud modernos. Estas identidades no humanas suelen ser el eslabón más débil en las cadenas de seguridad, y Okta ahora permite monitorizarlas, gobernarlas y protegerlas con el mismo nivel de exigencia que a los usuarios humanos.
En definitiva: prepararse o sufrir. Solo aquellas organizaciones que adopten estrategias proactivas y colaborativas, apoyadas en soluciones robustas, estarán verdaderamente preparadas para enfrentar los desafíos de la seguridad en la nube.