Gracias a la evolución de la tecnología de gestión de datos, las organizaciones ya no tienen que elegir entre alojarlos y explotarlos en la nube pública o en un centro de datos. Pueden elegir ambas.
Este enfoque, conocido como nube híbrida, está llamado a convertirse en el modelo estándar para aprovechar el valor de los datos. De hecho, nueve de cada diez organizaciones se prevé que lo adopten de aquí a 2027.
El sector financiero parece uno de los más avanzados en este ámbito, como se puede observar en los resultados de un reciente estudio publicado por Cloudera y FinExtra: seis de cada diez compañías financieras ya apuestan por el hybrid cloud para impulsar la IA en sus operaciones. Otras entidades reconocidas como Forrester también lo avalan. En uno de sus últimos estudios explican que nueve de cada diez responsables de TI cree que optar por el modelo hybrid cloud es el mejor enfoque para ser competitivos.
Una de las mayores ventajas de este modelo es que combina la flexibilidad de la nube pública con la seguridad y el control de la infraestructura privada. Al unificar estos entornos, las empresas pueden crear una base resiliente, flexible y preparada para un contexto en el que la innovación es clave.
Los beneficios de la nube pública son de sobra conocidos: flexibilidad, eficiencia de costes y escalabilidad. Sin embargo, depender exclusivamente de proveedores de nube pública conlleva riesgos importantes. Además, las tensiones geopolíticas y los conflictos comerciales pueden generar incertidumbre en las organizaciones.
En los últimos meses se han sucedido distintos ataques a cables submarinos que han puesto de manifiesto la fragilidad de la infraestructura digital global y las graves consecuencias de las caídas del servicio.
Aquí es donde las ventajas de la infraestructura local (on-premises) se vuelven evidentes. La principal es el mayor control sobre los datos, algo esencial para la seguridad, el cumplimiento normativo y la soberanía digital. En sectores que manejan información sensible, como el financiero o el sanitario, esta infraestructura permite ejecutar su IA privada detrás de un firewall propio, algo fundamental para proteger los datos y la propiedad intelectual.
Llegados a este punto, ¿cómo podemos unir las bondades de ambos mundos? Existen plataformas modernas de datos que hacen de puente entre ellos, creando un sistema unificado que ofrece una experiencia cloud sin importar donde se alojen la información. Esta arquitectura se basa en varios principios clave:
- Flexibilidad y resiliencia sin duplicar información: una plataforma híbrida eficaz permite mover datos y cargas de trabajo entre centros de datos propios, nubes públicas e incluso el edge sin tener que reescribir aplicaciones de forma costosa. Esto evita el vendor lock-in y refuerza la resiliencia, garantizando que la analítica pueda ejecutarse más cerca de los datos, donde sea que se encuentren. Por tanto, las organizaciones que adopten una estrategia híbrida y multicloud estarán mejor preparadas para soportar interrupciones y fallos de infraestructura.
- Gobernanza y seguridad: la seguridad y el cumplimiento no pueden estar en un segundo plano. Una plataforma de estas características, híbrida y unificada permite aplicar las mismas normas de seguridad y gobernanza en todos los entornos, lo que facilita la implementación de arquitecturas zero-trust, en el que ningún usuario o sistema es, de primeras, fiable. Todo ello facilita el cumplimiento requisitos regulatorios complejos y para una adopción responsable de la IA.
- Llevar la IA a los datos: una de las grandes ventajas del modelo híbrido es la posibilidad de ejecutar los sistemas de inteligencia artificial y la analítica directamente donde residen los datos. Esto permite a las organizaciones acceder y gobernar el 100% de sus datos de forma segura para impulsar iniciativas de IA con resultados seguros y de confianza. Al romper los silos de datos, las empresas pueden sacar todo el potencial de la IA, y tomar decisiones más inteligentes.
En definitiva, la implementación de la nube híbrida no debe limitarse únicamente al departamento de TI, sino que debe ser una palanca estratégica para toda la organización, especialmente para negocio. Para ello, es imprescindible que las organizaciones apuesten por una plataforma de datos unificada, que contribuya a acelerar la innovación, optimizar sus procesos y, de esta manera, estar preparadas para los nuevos retos de un entorno tecnológico en constante evolución.









