En este momento de crisis sanitaria global, nos encontramos ante un enemigo desconocido que no se puede ver, se propaga rápido y ataca sin avisar. Esta amenaza invisible está provocando que tengamos que adoptar nuevas prácticas y dinámicas para afrontar la pandemia del coronavirus, como el teletrabajo el entretenimiento o la comunicación personal a través de la red.
Con semejante panorama podríamos llegar a pensar erróneamente si como sociedad nos encontramos al borde del abismo. No debemos caer en la equivocación de pensar si estamos preparados para afrontar una situación tal. A día de hoy, contamos con una tecnología para la conectividad excepcional, impensable hace unos pocos años, que no solo es capaz de sortear la barrera social de la pandemia, sino que además nos está permitiendo mitigar hasta cierto punto dos de sus efectos más perniciosos: el aislamiento social y el impacto económico.
En lo que respecta al aislamiento social, la tecnología nos permite mantenernos conectados con nuestro entorno y con nuestros seres queridos, estén donde estén. Por un lado, internet nos permite estos días mantenernos informados de todo cuanto sucede a nuestro alrededor y estar en contacto con nuestro círculo social más cercano emocionalmente. Por otro, nos ha abierto las puertas a un nuevo mundo de posibilidades de entretenimiento, poco exploradas hasta el momento por algunos sectores de la sociedad, como plataformas de video en streaming o apps para realizar videollamadas con amigos o familiares, que seguramente despeguen de forma definitiva a partir de este momento.
En lo que respecta al ámbito laboral, vemos como la tecnología nos está permitiendo fomentar y desarrollar el teletrabajo, algo que se reclamaba desde muchos ámbitos en España y que sólo un problema como el actual ha conseguido impulsar. El COVID-19 ha obligado a implementar el teletrabajo y han sido el desarrollo actual de la tecnología de conectividad y de los dispositivos compatibles quienes lo han hecho posible. Las empresas españolas pueden y deben apoyarse en nuestra tecnología, desarrollada y preparada para dar respuesta a sus necesidades en el momento actual.
En ambos casos, el social y el laboral, es fundamental disponer, no solo del hardware que nos lo permita, sino también de una red a la altura. En este punto, el teletrabajo depende de que dispongamos red para las comunicaciones remotas. Actividades como realizar videollamadas, acceder a la red VPN de la empresa o descargar documentos requieren una red potente y estable. En este punto, es importante destacar el papel de Wi-FI 6, el último estándar de transmisión inalámbrica, que está posibilitando conexiones más rápidas, mayor alcance, menor consumo energético y otras muchas ventajas si contamos con los gadgets y dispositivos compatibles.
Una vez más, la tecnología nos está demostrando su cara más amable y colaborativa y se ha convertido en pieza fundamental para combatir algunos de los principales efectos de Covid19. Tanto en el ámbito social como en el empresarial, la conectividad está mitigando algunos de los efectos más nocivos de esta pandemia y se ha convertido en salvaguarda de las emociones de todo un país que se encuentra aislado en sus hogares. El futuro será conectado y las personas ya nos estamos beneficiando de ello.