Cada vez surgen más herramientas que permiten la movilidad de las aplicaciones, o la ejecución de las mismas en diferentes entornos, que convierten las tradicionales infraestructuras de las empresas en entornos que a la fuerza se transforman en entornos que combinan múltiples plataformas, empezando por tener herramientas que funcionarán en una u otra cloud pública y en aplicaciones que funcionan en un entorno propio.
Esta mezcla de infraestructuras añade una complejidad a la gestión y control de las aplicaciones, al control del coste de las mismas y aún más importante al control de los datos necesarios para que las aplicaciones y los negocios funcionen de manera adecuada.
Sistemas como las máquinas virtuales o los contenedores, ayudan a que el movimiento de las aplicaciones sea posible, ejecutando estas aplicaciones en un entorno propietario o en una cloud de terceros, pero para el correcto funcionamiento de estas aplicaciones, los datos que recopilan o requieren para su funcionamiento también tienen que ser accesibles desde múltiples entornos.
Esto refuerza la idea de tener soluciones de almacenamiento que puedan funcionar de forma híbrida, que controlen los datos de manera que podamos funcionar de manera local como siempre en aquellas aplicaciones que lo requieran, que, si de manera puntual o constante necesitamos crecer, la misma tecnología y protocolos nos permitan almacenar datos en diferentes proveedores, incluso mover cuando sea necesario de uno a otro.
En los últimos años se está viendo una tendencia a mover ciertas cargas de trabajo de un entorno cloud a un entorno local, evidentemente no todas, ya que las ventajas de una solución cloud siguen estando ahí, pero los costes y control de la información hace que las cargas de trabajo se muevan a un entorno en casa del cliente, de hecho estos entornos se han duplicado, mientras las cargas en la nube han decrecido un 25% en los últimos 2 años según un estudio de Aberdeen de 2020.
Este movimiento de vuelta a entornos tradicionales no trae consigo todas las cargas de trabajo, por lo tanto los datos se encuentran distribuidos y necesitamos saber y controlar quién, cuándo y cómo acceden a los datos y a qué datos. Qué tenemos en cada entorno cuanto ocupa y qué rendimiento nos está dando.
Conseguir un proveedor de soluciones de almacenamiento híbridas que nos permita la movilidad y gestión de los datos en esa infraestructura híbrida es por tanto una obligación de los responsables del departamento de IT y para ello pueden contar con las soluciones inteligentes de almacenamiento de Hewlett Packard Enterprise, beneficiándose incluso de tener las ventajas del pago por consumo de HPE Greenlake independientemente de donde se almacenen nuestros datos.