Desde la pandemia y la nueva normalidad, empresas de todos los tamaños y sectores se han visto obligadas a reexaminar las normas y apostar por nuevas formas de trabajo que permitan a todos los equipos colaborar de forma eficiente desde cualquier lugar.
Según diversos estudios, el modelo híbrido es el más demandado hoy por los trabajadores y equipos directivos. Sin embargo, este modelo ya no sólo tiene que ver con el lugar en el que trabajan las personas, sino principalmente con el modo en que lo hacen. Por tanto, la pregunta ya no es desde dónde trabajamos, sino cómo y por qué.
A partir de esto, han surgido nuevos retos que hay que vencer si queremos cumplir con las nuevas exigencias del empleado y hacer frente a una de las grandes preocupaciones actuales, especialmente en el sector tecnológico: la captación y retención del talento. Algunos de los principales retos que hemos detectado son:
- No solo necesitamos herramientas que funcionen, necesitamos herramientas que funcionen para todo el mundo en cualquier lugar.
- Las empresas se enfrentan actualmente a un entorno muy cambiante e inestable que requiere una organización y un modelo de trabajo fluidos, que permita la constante evolución.
- Los nuevos modelos de trabajo y herramientas que se implanten no solo tienen que tener en cuenta la productividad como medida de éxito, sino también, y de forma primordial, el bienestar del empleado.
- Para resolver el gap on-off, será vital replicar la potencia de los encuentros físicos a través de tecnología y herramientas de colaboración.
Así pues, construir un espacio de trabajo híbrido no es tarea fácil. Para resolver todas estas fricciones es importante entender que no existe un solo modelo que se adapte a todas las compañías: las empresas deben experimentar, testar y aprender qué funciona en cada caso.
No obstante, en Incentro hemos detectado, a través de diferentes proyectos con nuestros clientes, algunas acciones clave vinculadas con la tecnología y la innovación que pueden ayudar a las organizaciones a emprender este cambio con éxito:
- Preparar el entorno de colaboración con herramientas que apoyen modelos de trabajo flexible ayudará a crear una cultura de la que todos se sientan orgullosos, ya que tendrán la oportunidad de contribuir, independientemente de su función, ubicación, horario o dispositivo. Hay que tener en cuenta que colaborar es mucho más que realizar una videoconferencia. Las personas necesitan herramientas que les permitan comunicarse de forma asíncrona, trabajar juntos en un mismo documento de forma exitosa o encontrar recursos compartidos en el menor tiempo posible.
- El trabajo ya no se asocia con un lugar físico. Por ello, es necesario ayudar de forma activa a los empleados a establecer límites y respetar la desconexión. La tecnología nos ayuda a visibilizar y establecer mecanismos que respeten los momentos de concentración y el tiempo libre de los trabajadores.
- Ofrecer a los empleados herramientas integradas les ayudará a sentirse empoderados y a aumentar su eficiencia y creatividad. Un espacio de trabajo integrado aumenta la productividad, ya que los empleados pasan menos tiempo cambiando de aplicación y buscando información. Al mismo tiempo, pueden aprovechar las sugerencias inteligentes y contextuales para hacer su trabajo más eficiente.
- Al elegir una solución a largo plazo, es fundamental que los empleados puedan empezar a utilizar las nuevas herramientas de forma rápida y sencilla con una mínima interrupción.
En conclusión, con un nuevo modelo de trabajo que exige una importante carga digital, la transformación de las compañías para conseguir fluidez y flexibilidad en sus sistemas de colaboración es primordial. Por suerte, la pandemia ha supuesto un acelerador en este campo y ya podemos disponer de soluciones y proveedores con alta experiencia en la gestión del cambio y la implantación de nuevos entornos con resultados muy positivos.