El concepto de Multi-layered Networking o redes “multicapa” es un nuevo planteamiento de arquitectura que ha surgido en los últimos años, a medida que las redes se han hecho más complejas y distribuidas. Esta nueva manera de concebir las arquitecturas de red supera el concepto binario tradicional hardware/software, y pasa a considerar la infraestructura de red de una manera integral y holística, incorporando también la nube y los entornos de conectividad remotos o distribuidos.
Este planteamiento es esencial para dar respuesta a las necesidades de conectividad de las organizaciones de hoy día, altamente complejas y distribuidas, como son una gran capacidad de escalar, conocer a los usuarios dondequiera que estén y ofrecer una experiencia de uso centrada en el usuario y sus necesidades. Romper con esta perspectiva binaria y darse cuenta de que la tecnología de red es mucho más poderosa y flexible será la clave del éxito de las empresas en 2022 y más allá.
En el futuro, las redes seguirán volviéndose más intrincadas y complejas, con muchas más partes que ahora componen el todo. Por lo tanto, las empresas deben reflexionar sobre su infraestructura de la misma manera, como un todo. Pueden hacer esto encontrando formas de combinar los beneficios que proporciona la gestión de red basada en la nube con equipamiento de red y puntos de acceso de última generación, utilizando toda la potencia de las tecnologías de AI y ML y decidiendo si la nube pública, la nube privada y/o las soluciones locales se adaptan mejor a ellos.
Por cierto, y hablando de la diferenciación entre nube pública, privada, híbrida y on-premise, hay que decir que la frontera entre estos conceptos se va a difuminar cada vez más, de forma que los usuarios podrán disfrutar de las ventajas de ambos mundos. Hay un nuevo planteamiento al respecto, denominado Distributed Cloud, que permite obtener todo el potencial y flexibilidad de la nube utilizando servidores privados locales. La tecnología cloud y los datos asociados a estas plataformas residirán en las instalaciones del usuario, proporcionando computación local, control total y los beneficios operativos de la nube.
Esta estrategia es vital para que las empresas se preparen para el futuro y se conviertan en lo que llamamos organizaciones infinitamente distribuidas, es decir, organizaciones capaces de escalar, proporcionar acceso a aplicaciones y sistemas desde cualquier punto donde se encuentre un usuario, y ofrecer experiencias de conectividad en las que la tecnología esté al servicio de las necesidades del usuario. Construir infraestructuras que puedan cumplir con estos objetivos de manera fiable y segura mantendrá a las personas conectadas, comprometidas y productivas en el entorno más distribuido que está llegando a dar forma a nuestra realidad.
Una tecnología que cobra especial relevancia en este contexto es SD-WAN. Las redes SDN (Software-Defined Networking) para entornos distribuidos se convertirán en una tecnología crucial debido al crecimiento de la computación en la nube, el aumento en el uso de dispositivos móviles y la necesidad de reducir costes de despliegue, configuración y gestión de red. SDN permite diseñar, desplegar y gestionar la red separando los planos de control y datos, eliminando la infraestructura subyacente para aplicaciones y servicios de red y haciendo que el plano de control sea directamente programable. Gracias a SDN es posible distribuir la capacidad de computación a sitios remotos, mover las funciones del centro de datos al extremo de la red y dar mejor soporte a nuevas tecnologías como “cloud computing” o IoT.