Como centro de datos de colocation, ¿en qué medida les ha afectado la pandemia de la COVID-19, especialmente el aumento del tráfico de Internet durante el confinamiento?
Por un lado, la demanda de tráfico derivada del confinamiento se convirtió en un incremento del número de interconexiones físicas, es decir, nuevas solicitudes de conexiones (cableado) entre clientes. Llegamos a atender tres veces más conexiones nuevas de los operadores de telecomunicaciones, una consecuencia de los cambios que se producían en los requerimientos de conectividad, tanto de empresas (derivadas por ejemplo del aumento del comercio online) como de los ciudadanos (originadas por el teletrabajo, la educación online o el aumento del consumo en plataformas digitales de entretenimiento). Observamos un crecimiento de hasta un 40% del tráfico de datos, además del cambio de origen y destino de las cargas IT, desde las compañías hasta los hogares.
Por otro lado, se duplicaron las peticiones de nuestros clientes a nuestro servicio de soporte técnico ante la dificultad surgida en los desplazamientos. Fueron nuestros equipos técnicos (considerados personal esencial de infraestructuras críticas) quienes se convirtieron en las manos y los ojos de nuestros clientes.
¿Considera que la digitalización provocada por la pandemia ha beneficiado el auge de ciertos servicios como pueden ser los de colocation?
No sé si la palabra es beneficiado, aunque sí creemos que nos ha dado más visibilidad: los centros de datos se convirtieron en una herramienta esencial para mantener la actividad económica. La economía digital se sustenta en tres pilares: la red eléctrica, las redes de telecomunicaciones y los centros de datos. Las dos primeras suelen ser más conocidas, mientras que se habla menos de los centros de datos especializados. Sin embargo, son el lugar donde físicamente se interconectan los servicios de telecomunicaciones y de contenido, las empresas y los usuarios para intercambiar datos. Sin centros de datos interconectados, la información no se movería y no tendría valor. El valor se crea cuando ese dato viaja desde la oferta a la demanda y viceversa.
¿En qué medida el coronavirus ha acelerado la digitalización y la adopción de nuevos modelos de negocio como el cloud?
La pandemia ha obligado al teletrabajo, al ocio desde plataformas de streaming o a la formación online. Y todo esto solo se podía hacer mediante herramientas digitales basadas en modelos cloud. El cloud aporta flexibilidad y una mayor escalabilidad, mejor control de los costes con la modalidad del pago por uso y más rapidez a la hora de la implantación de tecnología. Precisamente, lo que las compañías han necesitado ante una situación como la producida por la COVID-19.
Las consecuencias derivadas de la pandemia han sido un impulso para acelerar la digitalización: las empresas han hecho en meses lo que estaba previsto hacer en años.
Una de las preocupaciones de las compañías es la seguridad de la red cuando acceden a las nubes, ¿cómo solucionan desde Interxion este aspecto de la conectividad?
Para las empresas todo lo relacionado con la seguridad digital resulta prioritario. Además de preocuparse por la seguridad de los datos almacenados en servicios cloud, también está entre sus prioridades que las conexiones a las nubes sean seguras. Para ello, deben disponer de conexiones directas y privadas de alto rendimiento a entornos cloud con las máximas garantías de seguridad y baja latencia.
Los clientes alojados en Interxion cuentan con accesos directos a Azure, AWS, Google Cloud, Oracle Cloud y Alibaba Cloud mediante una única conexión física escalable y privada.
Las empresas en sectores muy competitivos que llevan años invirtiendo en IA están recogiendo sus frutos, pero casi la mitad de ellas afirma que su infraestructura actual no va a ser capaz de satisfacer las demandas futuras de cargas de trabajo en IA. Según esto, ¿cómo se debe diseñar una infraestructura de Inteligencia Artificial en las empresas con una visión más a largo plazo?
A mediados del pasado año, realizamos un estudio de las necesidades que tenían las compañías en cuanto a su infraestructura a la hora de implantar estrategias de IA. Según este informe, un 45% de las empresas reconocía que su actual infraestructura no era capaz de soportar este tipo de cargas de trabajo.
Las compañías necesitan acceder a un gran volumen de datos procedentes de dispositivos y una infraestructura que pueda procesarlos y obtener valor de esos datos. Las infraestructuras IT corporativas actuales no suelen estar preparadas para procesar y transferir los volúmenes crecientes de información. La solución es optar por entornos conectados, robustos y de alta capacidad que se pueden encontrar en centros de datos especializados.