Artículo
02
Nov
2015

Las redes inalámbricas son tan seguras como las cableadas

La mejor forma de proteger los datos es respetando el principio extremo a extremo: estableciendo conexiones cifradas entre nuestros equipo y el equipo final al que estamos accediendo

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 ¿Son seguras las redes inalámbricas?

Las redes inalámbricas son tan seguras como pueden ser las redes cableadas. Hay una creencia generalizada de que las redes de cable son más pues no es tan fácil acceder al medio y obtener la señal que circula por él, pero, en realidad, es bastante sencillo si se desea hacerlo.
 
¿Cómo podemos protegerlas?
Conseguir una red segura requiere de mecanismos que están por encima del medio físico. En redes WiFi, por ejemplo, es habitual usar un cifrado de nivel de red para proteger los datos, pero de nada sirve si luego, una vez los datos abandonan la red inalámbrica, siguen estando en claro. La mejor forma de proteger los datos es respetando el principio extremo a extremo: estableciendo conexiones cifradas entre nuestros equipo y el equipo final al que estamos accediendo.
 
Desde el punto de vista del operador WISP, ¿es más importante la seguridad o la disponibilidad de la red inalámbrica?
La seguridad es algo que debería preocupar a cada usuario. Que un operador WISP garantice que los datos de sus clientes están seguros dentro de su red es importante, pero, como decía antes, una vez abandonen su red, esta garantía no sirve de nada.
Así pues, si nos centramos en el negocio de un operador que ofrece servicios de internet de forma radio, la disponibilidad es un parámetro crítico: si el usuario no puede usar la red, por el motivo que sea, estamos fallando al usuario. Fallar a un usuario, con independencia de los niveles de SLA que tenga contratados, lleva asociado un coste: bien monetario directo si hay que indemnizarlo o bien en forma de pérdida de clientes actuales o futuros.
 
¿Cuáles son las causas de la falta de disponibilidad en una red inalámbrica de un WISP?
Aquí si que las redes cableadas y las redes inalámbricas se diferencian: además de los problemas clásicos derivados del MTBF del equipamiento, la redes inalámbricas están sometidas a la física de la radio: interferencias, desvanecimientos por causas atmosféricas, falta de línea de vista…
 
¿Cómo se puede proteger un operador de estos problemas?
Sentido común, es la clave. La guerra por los Mbps me recuerda a la guerra de los megapíxeles de las cámaras: ¿de qué sirve más capacidad bruta si luego en realidad no se está entregando o la calidad percibida por el usuario es mala? Si el operador apostara por usar canales más estrechos, sistemas radio más eficientes con verdadera asignación de recursos centralizada, sincronización estrecha entre sectores radio… ganaría todo el mundo. El cliente tendría un mejor servicio y el operador podría aprovechar los recursos radio al menos uno o dos órdenes de magnitud más. Mi apuesta es por IEEE 802.16 en redes en banda libre.
 
Iratxo Pichel
Albentia Systems
CTO