Las TIC tienen se han convertido en un elemento crítico del negocio de las organizaciones. Por ello, éstas necesitan desplegar redes de telecomunicaciones robustas que proporcionen una comunicación eficiente de la forma más rápida y segura posible.
No tener una conectividad fiable puede desembocar en pérdida de información, en interrupciones o caídas de la producción o de los servicios, etc. Una red empresarial robusta, segura, eficiente y flexible constituye, por tanto, un valor diferencial.
En esta situación, en las que las redes empresariales se han convertido en elementos críticos para el negocio, es fundamental saber qué está pasando realmente en la red en tiempo real y hacer que funcione de la forma más eficiente posible. Es todo un desafío, y para ello es necesario proporcionar visibilidad al cliente, para que pueda conocer en todo momento el desempeño de su red y de sus aplicaciones e identificar que está fallando o qué se puede mejorar para tomar decisiones de forma ágil.
Las organizaciones sienten que este es un reto inaplazable. Observan cómo, lo que antes era un ecosistema TI gestionable con agilidad, está adquiriendo una mayor complejidad, al tiempo que la red de telecomunicaciones y las aplicaciones que corren sobre ellas se están convirtiendo en fundamentales para el desarrollo de su negocio.
Un dato que pone de manifiesto el cambio que ha experimentado la gestión de las redes empresariales: hace unos años el 80% del tráfico se quedaba dentro de la empresa. Hoy solo el 20% del tráfico se produce dentro de la propia compañía y las aplicaciones más utilizadas están alojadas en una nube pública o privada, además de que la comunicación preferida para el acceso a estas aplicaciones es a través de internet.
Ante este cambio, las empresas especializadas en redes empresariales robustas, eficientes, seguras y flexibles han desarrollado modelos de visibilidad de extremo a extremo, que analizan las diferentes capas como un conjunto: desde la conectividad a internet, pasando por las redes de comunicaciones públicas o privadas o la infraestructura del centro de datos hasta llegar al propio desempeño de la aplicación.
¿Qué se consigue con esta forma de actuar? Que ningún fallo de todas estas herramientas interfiera en el desarrollo del negocio y que, cuando el problema se produce, se pongan en marcha las soluciones de forma ágil y guiada.
Porque de lo que se trata es de que la tecnología lleve a las empresas a un estadio superior para que se posicionen en el mercado con una propuesta de valor diferencial frente a su competencia.