En la actualidad nos encontramos en pleno proceso de transición de la era industrial a la era digital o de la información. O lo que es lo mismo, de la producción a gran escala a la gestión de la comunicación a gran escala.
En el caso de las empresas, la transformación digital es un proceso básico en la coyuntura actual para poder competir con plenas garantías de éxito en un mercado que, además de ser global, está cada vez más interconectado con sus clientes y proveedores.
Y las denominaciones de esta nueva era son diversas. Algunos lo llaman Industria 4.0, otros IoT (Internet Of Things) y otros IoE (Internet Of Everything), algunos IIOT (Industrial Internet Of Things) pero sea cual sea su nombre, significa la generación de muchos datos, cada vez más sensibles e internos a cualquier actividad industrial y comercial.
Pero el acceso a esos datos sensibles, asociados a sistemas inteligentes integrados en las organizaciones, crea una fuerte dependencia de la tecnología, de la conectividad, de la seguridad y, sobre todo, de un suministro eléctrico estable y permanente.
Porque un fallo energético (corte de electricidad, microcortes, subtensiones, sobretensiones…) puede ocasionar una corrupción de la base de datos, causar una pérdida de continuidad en su trazabilidad o bien una pérdida temporal de capacidad de cálculo sobre ellos, provocando una perdida notable de valor estratégico para la empresa.
Sea cual sea el factor que provoque la discontinuidad energética, un SAI robusto, de una compañía fiable y con una solución IoT segura, es un componente clave para dar solución a la disponibilidad e integridad de los datos, los cuales se han convertido en un elemento estratégico en esta revolución que tenemos la suerte de experimentar.
Una revolución a la que hay que añadir el reciente fenómeno del teletrabajo realizado desde los domicilios, donde la protección tecnológica suele ser inferior a la proporcionada por las empresas en sus instalaciones.
En este aspecto, empresas como Salicru ya están proporcionando al mercado soluciones cloud de protección energética, que se puedan implantar en todo tipo de redes privadas internas y externas, como los novedosos puestos de teletrabajo.
En definitiva, una protección energética que aporta disponibilidad como valor esencial de competitividad y que ofrece la máxima seguridad y flexibilidad en la nueva era del trabajo digital.