La pandemia ha acelerado una serie de cambios que iban a producirse en todas las organizaciones, tanto públicas como privadas. Las estrategias para centrar la atención en el cliente (y en el ciudadano) tendrán cada vez más importancia y esto generará una mayor demanda de procesos automatizados y basados en datos. Llevamos más de un año de excepcionalidad, un tiempo en el que las entidades públicas han aprendido que la continuidad del negocio es posible fuera de la oficina si cuentan con las herramientas adecuadas.
Nutanix nació con la vocación de simplificar las infraestructuras de TI y las administraciones públicas han encontrado siempre en esta tecnología la ayuda idónea para gestionar sus procesos de una forma más sencilla. Por ejemplo, gracias a proyectos de virtualización de escritorio (VDI) fue posible que los empleados de organismos públicos trabajaran desde casa en pocos días. Las AAPP representan como pocos sectores la aceleración de la transformación digital en España, al invertir decididamente por proyectos que permanecían en estado de hibernación desde hacía años.
Las AAPP representan como pocos sectores la aceleración de la transformación digital en España, al invertir decididamente por proyectos que permanecían en estado de hibernación
Hay cuestiones en las que la Administración del Estado no puede fallar y, en líneas generales, ha respondido de manera satisfactoria. Instituciones como la Universidad Pública de Navarra (UPNA), el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM), el Ayuntamiento de Las Rozas (Madrid) y la Gerencia de Informática de la Seguridad Social (GISS) han depositado su confianza en soluciones como las de Nutanix, poniendo la eficiencia y la simplicidad al servicio de alumnos, pacientes y ciudadanos en general. La principal ventaja para estas instituciones es trabajar con una plataforma como Netflix, donde se paga una suscripción a un conjunto de servicios de los que uno puede darse de baja cuando considere oportuno. El sector público nunca antes tuvo a su alcance la capacidad de desplazar las cargas de trabajo de manera dinámica, sin necesidad de preocuparse por la tecnología que hay detrás de unos servicios al ciudadano que deben ser cada vez más seguros y eficientes.