Varios factores están impulsando el abandono de las infraestructuras tradicionales. Entre los más importantes encontramos que, las empresas cada vez están más interconectadas y necesitan acceder a ecosistemas más diversos de proveedores, socios y clientes.
A medida que la economía se vuelve más digital, también lo hacen las cadenas de suministro. Actualmente, las empresas utilizan tecnologías innovadoras, como el Internet de las cosas (IoT) o la Inteligencia Artificial (IA) para integrar y automatizar todas sus cadenas de suministro.
Las empresas también necesitan llegar a los clientes de diferentes formas y en diferentes lugares, permitiendo interacciones omnicanal fluidas entre las diferentes localizaciones de los clientes de todo el mundo.
Al mismo tiempo, las arquitecturas tradicionales y centralizadas no pueden respaldar las demandas del negocio digital actual. La necesidad de volverse simultáneamente más ágil y eficiente, además de admitir interacciones en tiempo real y a gran escala, está impulsando a muchas empresas a trasladarse hacia una infraestructura híbrida basada en la nube.
La interconexión es clave para superar los desafíos de migrar a una arquitectura de multicloud distribuida, simplificando el proceso y proporcionando un componente esencial de la economía digital. Con la interconexión, es posible conectar de forma directa y segura un entorno global cada vez más distribuido. Una combinación de empleados, socios y clientes, así como su activo más valioso: sus datos. Algunas de las ventajas de la interconexión son:
- Conexiones privadas, seguras y rápidas
- Mejor calidad, mayores velocidades
- Rendimiento mejorado, costes reducidos
- Riesgo minimizado
- Gestión simplificada
- Carga de trabajo y movimiento de datos más fácil
Ahora mismo, la interconexión es la piedra angular para integrar, asegurar y escalar el negocio digital. Por ello, se prevé que el consumo empresarial de ancho de banda de interconexión experimente un crecimiento de hasta siete veces en 2021.