La Inteligencia Artificial lleva a los responsables de TI a apostar por la nube híbrida multicloud para modernizar y adaptar sus infraestructuras

Entre las grandes tendencias que están marcando el desarrollo de nuestra sociedad, encontramos la IA, el machine learning, la robótica, el Big Data y, por supuesto, la nube. De hecho, en los próximos años veremos cómo las infraestructuras híbridas multicloud se convertirán en el modelo de infraestructura preferido. Esto se debe a que el 90 % de las organizaciones están adoptando un enfoque «cloud smart» a la hora de plantear su estrategia de TI, aprovechando el mejor entorno según sus necesidades. Así lo pone de manifiesto nuestro informe Enterprise Cloud Index 2024, que revela que el uso de los modelos híbridos multicloud se duplicará de aquí a tres años, lo que no es de extrañar si tenemos en cuenta los desafíos y oportunidades que tienen por delante los responsables de TI actualmente.

Los nuevos retos derivados, por ejemplo, de la implantación de la IA, están obligando a las organizaciones a buscar nuevas formas de modernizar y adaptar sus infraestructuras. De hecho, el 85% asegura que piensa aumentar sus inversiones de TI específicamente para integrar la IA, conscientes de que tan solo aquellas organizaciones que dispongan de la infraestructura tecnológica necesaria serán capaces de simplificar su implementación, responder a todos los retos que implica, disfrutar de sus ventajas y llevar a cabo un mejor control de los costes.

Por ese motivo y con el objetivo de democratizar el uso de esta tecnología, desde Nutanix hemos implementado nuevas funcionalidades en nuestra solución GPT-in-a-Box, una herramienta específica para simplificar el despliegue y la gestión de modelos de IA en las empresas, ayudando a mantener en todo momento la privacidad y el control total de los datos.

Además, otro factor clave a tener en cuenta por los responsables de TI es sin duda la sostenibilidad. Esta es una de las razones por las que hemos desarrollado otra solución denominada Nutanix Carbon and Power Estimator, que permite a cualquier empresa entender mejor su consumo de energía y medir cómo influyen las diferentes opciones de infraestructura tecnológica en el aumento o reducción de sus emisiones de carbono y huella medioambiental.