Cuando hace ya cuatro años encargamos junto a DE-CIX el estudio Madrid Hub DigitalTM a una consultora independiente, los datos recogidos confirmaron nuestra percepción de que las inversiones en infraestructura digital interconectada (redes y centros de datos) repercuten de manera significativa en el PIB y en la creación de empleo.
En el primer estudio publicado, “Madrid: un hub digital para el sur de Europa”, se demostraba que en un escenario de estímulo de la inversión cada euro invertido en infraestructura digital interconectada se podía multiplicar por 12. En el segundo, la tendencia se ha consolidado y el crecimiento de la región como hub digital es una realidad: teniendo en cuenta exclusivamente los anuncios de los proveedores de colocation en Madrid durante 2019, estamos ante una inversión acumulada de 680 millones de euros entre 2021-2026. Esto permitiría sumar al PIB madrileño más de 8 mil millones de euros y la creación de casi 2.500 empleos.
En Europa hay cuatro ciudades que han logrado el rango de hub digital europeo: Frankfurt, Londres, Ámsterdam y París. Conocidas como FLAP, las cuatro han demostrado que estos hubs dinamizan la economía y la innovación digital, contribuyendo a un crecimiento económico estable. En ese proceso dinamizador atraen además mayor inversión para crear empleo de calidad y disminuyen la dependencia tecnológica.
La región de Madrid, nuevo hub digital de Europa
Factores como la posición geográfica de la península ibérica, la calidad de las redes de telecomunicaciones y la inversión de los grandes proveedores de centros de datos en España han atraído la llegada de cables submarinos operados hoy por los gigantes tecnológicos como Google, Facebook o Microsoft. Estos cables se extienden luego hasta Madrid, donde se interconectan en los centros de datos especializados para distribuir contenido e intercambiar otros servicios cloud, alimentando así la relevancia de la región como nodo de interconexión digital.
Es por ello que Madrid, aunque ya es un hub digital pues cumple con las tres premisas necesarias para ser considerado hub (sólida oferta de centros de datos, interconexión de redes y cables submarinos internacionales y operación de empresas en la región generadoras de grandes cantidades de datos) aún quedan hitos por alcanzar a otros hubs europeos. Como ejemplo, deberíamos multiplicar por siete la inversión en infraestructura digital para alcanzar un nivel como el de Londres. Si nuestra meta es Ámsterdam, el multiplicador crece hasta 14.
Para facilitar estos objetivos de crecimiento hay que desarrollar tres áreas clave:
- La energía: fomentando las renovables e incluyendo a los centros de datos en la planificación energética
- La economía digital: potenciando el talento y el emprendimiento
- La administración pública: agilizando la concesión de licencias y simplificando procesos
Desde el lanzamiento del estudio muchas empresas y administraciones públicas han hecho suya la iniciativa regional para convertirse en el próximo hub digital europeo. Esta alianza es fundamental para alcanzar los objetivos de inversión y desarrollo que las infraestructuras digitales pueden aportar a la economía de la península ibérica.