La digitalización de los espacios de trabajo ha dejado de convertirse en una alternativa para pasar a ser de vital importancia, mucho más, si cabe, tras la emergencia sanitaria del COVID-19. El escenario provocado por la pandemia ha acelerado la transformación digital de los negocios y ha revelado la necesidad de asegurar la conectividad, incluso en condiciones críticas, desde cualquier entorno.
La tecnología aparece ahora como un sistema clave para la eficiencia en la productividad de cualquier empresa. Las herramientas y sistemas inteligentes no solo proporcionan flexibilidad y movilidad a las compañías, sino que aportan un abanico de posibilidades ante distintos escenarios. Está claro que las organizaciones ya no solo buscan realizar las tareas habituales desde un modelo tradicional, sino que entienden que compatibilizar esta modalidad con el trabajo en remoto debe ser una apuesta sencilla y segura.
El nuevo reto de la transformación digital consistirá en aplicar entornos tecnológicos seguros que refuercen la comunicación integral de las empresas. Y en este terreno cobran un valor especial los sistemas tecnológicos DECT. Ya no hablamos solo de que los empleados puedan intercambiar información de forma fluida, sino de que dispongan de una infraestructura que posibilite las tareas de la oficina y garantice gestiones completas en tiempo real y con la máxima seguridad.
Para ello, es imprescindible contar con soluciones tecnológicas de calidad, que faciliten la integración de toda la cadena productiva. De esta forma, el empleado puede emprender cada desempeño sin interrupciones, desde el intercambio de información, a la monitorización de oportunidades o riesgos, las llamadas telefónicas, reuniones virtuales, el envío de comunicados o mails o cualquier otra actividad.
Estas son las ventajas competitivas que las organizaciones van a querer incorporar en la filosofía de sus negocios. Y para ello, deben contar con una infraestructura que combine estos sistemas, desde las aplicaciones en local hasta en la nube, o la posibilidad de optar por un sistema híbrido.
Todas estas funcionalidades deben quedar protegidas frente a posibles amenazas. La seguridad va a seguir siendo una pieza fundamental para que las empresas puedan operar con fiabilidad y desde el cumplimiento de la confidencialidad de datos. En este contexto, la digitalización también cumple un papel importante que brindará máxima seguridad a las organizaciones para el éxito de su estrategia empresarial.