Los que “habitamos” el emocionante mundo de la ciberseguridad, sabemos que los “atacantes” y los “defensores” usamos herramientas y tácticas muy similares, entre ellas, la Inteligencia Artificial.
En la actualidad, cada vez se aplica más la IA en nuestro sector. En ocasiones, llega a suponer la diferencia entre un producto/servicio u otro. Sin embargo, voy a decir algo que puede sonar loco o de “ignorante”, algo incluso transgresor, pero la “ciberseguridad basada en IA” es un cuento, sobre todo, tal y como muchas personas la entienden o nos la hacen entender. Me explico.
Yo diría que, más bien, el acercamiento y aplicación que se hace en el foco de la ciberseguridad, es el aprovechamiento de los resultados de la IA aplicada a los entornos que nos aportan valor para predecir comportamiento. Por lo tanto, la ciberseguridad basada en IA es igual que la no basada en IA, lo interesante son las capacidades de “previsión”, “predicción” y si me apuras “simulación” que nos puede aportar en tiempo real.
La verdadera diferencia es que tenemos las capacidades potenciadas exteriormente de lo que ahora un analista de seguridad hace o le gustaría hacer y no hace por tiempo. La clave, pues, es el tiempo de respuesta que nos da la aplicación de la IA y el poder hacer en ese tiempo estrategias masivas que antes solo podíamos hacer en foco a un solo objetivo, sin embargo, sin un entrenador experto todo es humo, al menos en la IA que actualmente operamos.
Para tener una buena respuesta por parte de una pieza de IA es necesario tener la mayor cantidad de información (válida, tratada, depurada, etc.) posible… y eso en tecnología es capacidad de almacenamiento y cómo no, ¡de cómputo!
Por lo tanto, ¿cuánto cómputo nos hace falta para ser más “inteligentes”?, ¿para el salto del aprendizaje de acción-reacción, se necesitará la computación cuántica?, ¿ser listo es igual que ser inteligente?, ¿cómo vamos a medir la inteligencia artificial? Estas son algunas de las preguntas que responderemos en los próximos años.
Lo que está claro es que antes de lograr una IA “efectiva y brillante” pasaremos por etapas transitorias y cuando realmente madure la IA como tecnología, constituirá uno de los más asombrosos avances de la historia. Podrá incluso llegar a cambiar la condición del ser humano, pero por eso, tenemos que entender que, ahora mismo, estamos en la era “Pre-IA” y nos toca pensar como “aprendices avanzadillos”.