Hay un enorme interés entre los profesionales de TI en las posibilidades que ofrece la Inteligencia Artificial (IA) aplicada a la gestión de las TIC, pero al mismo tiempo percibimos que a muchos de ellos les preocupa cómo aplicar de forma práctica este potencial en sus organizaciones. En el ámbito de la gestión de red, la buena noticia es que se puede comenzar a disfrutar de los beneficios de esta tecnología AQUÍ y AHORA. La gestión de red basada en cloud proporciona las bases y las herramientas prácticas para empezar a sacar partido de la IA desde ya.
No es necesario realizar cambios organizacionales masivos ni planteamientos maximalistas para poder utilizar la IA estratégicamente. Se trata de adoptar una estrategia flexible y progresiva, aplicando la IA a diferentes operaciones de red (NetOps) a medida que sea posible. Así, podemos dividir las operaciones de red en tres funciones principales, que se corresponden con las tres etapas de implementación de la IA a la gestión de red:
- Funciones que se pueden acelerar o mejorar con IA. El primer paso es identificar aquellas tareas de administración de red que se pueden automatizar o acelerar, tareas que la IA puede ayudar a hacer más rápidamente, funciones sencillas y repetitivas que, cuando se aceleran, proporcionan ahorros en términos de tiempo o dinero, o al menos contribuyen a reducir la “fatiga” de los equipos de TI, así como el riesgo de error humano.
- Funciones que pueden ser reemplazadas o evitadas usando la IA. La segunda etapa consiste en identificar operaciones de red más sofisticadas, pero que al menos en parte pueden ser realizadas recurriendo a la IA, tales como generar plantillas de políticas sobre las que luego el departamento de TI no tenga que hacer más que revisarlas o realizar pequeños ajustes.
- Nuevas funciones que se pueden crear basadas en IA. La tercera etapa consiste en identificar y crear nuevos casos de uso en los que aplicar la IA y que hasta ahora no se habían planteado, para lo cual la experiencia obtenida sobre lo que la IA puede hacer en las anteriores etapas será clave.
Con este planteamiento progresivo y flexible, a medida que se identifican funciones que se pueden agilizar o mejorar utilizando la IA, se van descubriendo otras funciones o casos de uso con mayores posibilidades de éxito. Por otra parte, los profesionales de TI obtienen un aprendizaje que les permite seguir avanzando, y las herramientas comienzan a generar valor, lo que a su vez justificará seguir avanzando en la estrategia de IA corporativa.