La gobernanza del dato no solo tiene que ver con la inteligencia artificial, aunque está muy relacionada. También lo está, y más que nunca, con la ciberseguridad de los datos. Controlar y proteger el dato se ha evidenciado como uno de los principales desafíos del 2024, tendencia que continuará en 2025 incluso con más fuerza.
El dato es ya el epicentro de la economía digital y sin duda un activo estratégico de cualquier organización. La consultora IDC prevé que los dispositivos IoT sumen 80.000 millones en 2025. Y si hacemos foco únicamente en los datos empresariales y en Europa, el crecimiento también es impactante, por encima del 25% anual hasta los 3,7 ZB.
La monitorización efectiva del DNS es clave para proteger la confidencialidad de los datos. Según la encuesta de IDC el 88% de las organizaciones sufrió al menos un ataque al DNS en un período de 12 meses mientras que casi una cuarta parte (el 24%) delató el robo de datos confidenciales de clientes o de propiedad intelectual a través del DNS. Otra investigación de IDC reveló que el 54% de las organizaciones fue víctima de phishing en 2023. El dato es lo más perseguido por los “malos”.
No obstante, la exfiltración de datos a través de DNS es uno de los vectores de ataque más complejos y difíciles de identificar y, sin embargo, puede causar un fuerte daño a las organizaciones ya que es difícil de detectar, incluso a través de un ojo humano entrenado. Además, son muchas las soluciones de seguridad que no son capaces de detectar la exfiltración entre el tráfico legítimo y las solicitudes de DNS. Como resultado, puede pasar mucho tiempo hasta que las organizaciones se den cuenta de que han sufrido una violación de sus datos. Las consecuencias en reputación, desorganización y económicas suelen ser enormes.
¿Y cuál es la mejor forma para proteger los datos más críticos de cualquier organización? Es aquí donde la seguridad del DNS comienza a ser fundamental para mantener la integridad y la funcionalidad de las redes actuales dado su papel estratégico en el enrutamiento del tráfico entre usuarios y aplicaciones.
Así lo ha entendido la nueva directiva NIS2, cuya transposición al ordenamiento jurídico de los estados miembros de la UE se inició el pasado 17 de octubre, que ha llegado para endurecer las medidas de gestión de riesgos y de presentación de informes de incidencias.
NIS2 subraya el papel crítico del DNS en la infraestructura digital y la vulnerabilidad a las amenazas cibernéticas colocando la seguridad del DNS en un lugar privilegiado. La nueva directiva establece: «el mantenimiento y la preservación de un sistema de nombres de dominio (DNS) confiable, resistente y seguro son factores clave para mantener la integridad de Internet y son esenciales para su funcionamiento continuo y estable, del que dependen la economía digital y la sociedad».
Si quiere que sus datos estén seguros, apueste definitivamente por la seguridad del DNS.