Las administraciones públicas tendrán que adaptarse a un período de rápida evolución digital, integrando soluciones más flexibles y escalables, con capacidad de manejar volúmenes masivos de información de una manera más óptima y con un alto rendimiento. Todo ello dentro de los límites presupuestarios y bajo un marco legislativo que garantice la seguridad y privacidad de los datos.
Actualmente, los principales proveedores de plataformas cloud del mercado, permiten afrontar estos desafíos, facilitando la creación de infraestructuras con una mínima inversión inicial y mejorando la rentabilidad en la integración de soluciones digitales. Todo esto es posible gracias a la amplia variedad de servicios y recursos disponibles que permiten un pago por uso, la disminución de tareas de mantenimiento con soluciones autoadministradas y escalables, y el uso de herramientas ágiles y de autoservicio que disminuyan los tiempos de implementación y aumenten el rendimiento, la productividad y la eficiencia operativa.
Teniendo en cuenta que los organismos públicos tienen la necesidad de identificar los riesgos operativos y legales para cumplir con los reglamentos de seguridad y privacidad, una infraestructura con un modelo de cloud privada, permite el almacenamiento y procesamiento de la información dentro de un entorno dedicado y exclusivo para cada organismo. Si a esto le sumamos las herramientas de control de acceso a la información, se encontrará el enfoque más adecuado para la gobernanza del dato y la aplicación del nivel de compliance deseado.
Igualmente, existen modelos de cloud pública para aquellas soluciones que manejen información fuera de un ámbito reglamentario de privacidad y protección de datos. Este modelo disminuirá el gasto en comparación a un modelo de cloud privada, gracias a los servicios gestionados y al pago por uso de todos sus recursos.
Es aquí en donde juega un papel fundamental la integración de infraestructuras híbridas, ya que no solo facilitan conexiones seguras entre la cloud privada y pública, sino que permitirá la conexión con las actuales soluciones que se encuentren fuera de un entorno cloud, durante el periodo de transición hacia una infraestructura 100% cloud.
Los organismos públicos no sólo encontrarán beneficios económicos y de compliance en la integración de infraestructuras cloud híbridas, también les permitirá implementar soluciones de alta disponibilidad y tolerancia a error gracias a la replicación de datos y aplicaciones por las diferentes zonas geográficas y centros de datos, garantizando la resiliencia de los datos y la disponibilidad de todos los recursos en situaciones de caídas de servicios y desastres. De igual manera podrán ampliar o disminuir los recursos de componentes de forma inmediata, flexible y escalonada, tanto para recursos hardware, como para la asignación de múltiples servidores que ejecuten tareas de forma paralela, garantizando la escalabilidad, elasticidad y alto rendimiento.
En definitiva, la implementación de una infraestructura cloud híbrida, es una necesidad real e inmediata para mejorar la eficiencia en los servicios públicos.