La apuesta por la digitalización en 2022 no ha sido una opción, sino una cuestión de supervivencia. Trabajar desde casa ya es algo habitual: millones de personas lo están haciendo desde cualquier lugar, con el único requisito de contar con una conexión a Internet. Esto tiene ventajas reales para los empleados, ya que pueden trabajar en la localización que mejor se adapte a sus necesidades y en el momento en que sea mejor, tanto para ellos como para las necesidades de la empresa.
Además, este modelo de trabajo ayuda al negocio, al mantener bajos los costes operativos y alta la flexibilidad. La tecnología disponible en la actualidad evita que las empresas tengan que invertir en complejos de oficinas más grandes, con toda la infraestructura de soporte asociada. También les permite ser más flexibles cuando se trata de satisfacer las cambiantes demandas del mercado. Se pueden crear nuevos equipos de trabajo de forma online en unos segundos, en lugar de tener que mover físicamente a las personas y sus recursos a un bloque de oficinas.
El cambio ya está ocurriendo porque tenemos a nuestra disposición todas las tecnologías necesarias para hacerlo realidad. Sin embargo, este cambio, sobre todo cuando las circunstancias han forzado soluciones de emergencia, puede traer algún que otro inconveniente en lo que a seguridad se refiere, ya que puede abrir una amplia gama de puntos débiles de seguridad, muchos de los cuales, en el pasado, han llevado a muchas empresas a alejarse del trabajo en remoto. Ahora hay soluciones disponibles que no solo defienden las operaciones de una empresa de los ciberataques, sino que también permiten que el personal trabaje sin restricciones de rendimiento o calidad, independientemente del ancho de banda de la conexión a Internet disponible.
La respuesta a estos problemas es el entorno de escritorio y aplicaciones virtualizadas. De hecho, lo ha sido durante muchos años, pero siempre se encontraba con el freno de la limitada gama de aplicaciones y servicios que pueden explotarlo de manera efectiva. El siguiente paso debe ser la búsqueda de soluciones híbridas multicloud con capacidad de gestión y seguridad integradas, como las que ofrecemos desde Nutanix, soluciones que proporcionen la posibilidad de mover rápidamente las aplicaciones entre las infraestructuras de la nube de forma rentable. Si lo consiguen, habrán superado con éxito esta primera fase y quizá pasen a estar entre los sectores mejor posicionados en su apuesta por estas nuevas tecnologías.
Las aplicaciones permanecen seguras en el datacenter corporativo y el acceso a estas aplicaciones, basada en Cloud o directa al entorno corporativo, se produce con tecnologías que aseguran un rendimiento óptimo, una escalabilidad elevada y una sólida seguridad. Sin duda alguna, el puesto de trabajo digital ha llegado para quedarse y las empresas, cada vez más, apuestan por soluciones en la nube que faciliten este cambio.