A pesar de los importantes avances logrados en los últimos años, los compromisos empresariales ante el cambio climático aún quedan lejos de lo exigible.
Mucho se ha hablado últimamente de la necesidad de implementar políticas medioambientales dentro de empresas y organizaciones. Un asunto sin duda necesario, si bien algunos hicimos los deberes hace ya bastantes años. Es bueno recordar cuáles pueden ser los puntos importantes ahora que se unen a la tecnología los espacios fiscales verdes, la economía circular y la inversión en energías no contaminantes.
Nuestro sector siempre ha sido punto de referencia en diferentes materias y desde luego deberá serlo igualmente ahora, como impulsor de una economía circular que abogue por la sostenibilidad. Como sector que aporta al avance de la sociedad, debemos garantizar una recuperación que reduzca las emisiones de carbono, conserve los recursos naturales y potencie la inclusión y el trabajo de calidad.
A pesar de los importantes avances logrados en los últimos años, los compromisos empresariales ante el cambio climático aún quedan lejos de lo exigible. Compañías como HP han sabido potenciar el cambio gracias a programas como HP Amplify, donde colabora activamente junto a Compusof para aportar formación y todos los recursos necesarios que impulsen simultáneamente la sostenibilidad y la competitividad.
Compusof, uno de sus primeros aliados en esta materia, colabora activamente con HP para así alcanzar objetivos factibles e impulsar el crecimiento empresarial mediante la sostenibilidad, y de igual manera, demostrar que es un componente vital para cualquier negocio en los tiempos actuales.
Actuar cuanto antes
Es cierto que la envergadura de los retos medioambientales y climáticos han resultado más patentes desde la pandemia de Covid-19. El nuevo modelo hacia una economía más sostenible y verde ha de tener en cuenta el conocimiento científico para que la tecnología que nace lo haga desde los cánones de la sostenibilidad, y de esta forma, repercuta en los patrones de consumo.
Todo ello para generar una transición digital que permita mejorar los procesos productivos, aumentar la competitividad y, en suma, colaborar al desarrollo de la sociedad. La transición digital y ecológica es sencillamente inevitable pues facilitará la creación de beneficios humanos y también proporcionará nuevas oportunidades de negocio. La transición tiene que llevar implícito el I+D+i como herramienta fundamental en este contexto, es la llave que puede colaborar en este cambio de mentalidad.
La formación puede contribuir muy eficazmente a esta transición, incentivando un mayor conocimiento de profesionales y directivos sobre el nuevo entorno. Igualmente, medir y valorar los resultados contribuye a saber si seguimos por el buen camino o se requieren de nuevas fórmulas más adaptadas a cada negocio. Y por supuesto, contar con ayudas gubernamentales que fomenten la adaptación, contribuyan a reforzar el potencial de crecimiento, la creación de nuevas habilidades y la resiliencia económica.
Artículo de Moisés Camarero, Director General del Grupo Compusof, sobre el compromiso medioambiental adquirido por las empresas.