El crecimiento del volumen de datos es un quebradero de cabeza para muchas organizaciones. Esto se debe a que la mayoría no cuenta con una estrategia en torno al dato que le permita optimizar su información, lo que genera problemas graves que conllevan, en el mejor de los casos, la pérdida de tiempo y recursos.
Y es que hemos llegado a un punto en el que, si tenemos que buscar un documento concreto en la masa de datos, podemos llegar a “invertir” demasiado tiempo no productivo que, incluso en algunas ocasiones, desemboca en un resultado infructuoso.
¿Somos capaces de gestionar nuestros datos?
De tal forma que, de cara a mejorar la situación, son muchas cuestiones las que debemos tener en cuenta: ¿qué fuentes de datos tengo?, ¿qué cantidad de almacenamiento suman entre todas ellas?, ¿qué tipo de datos contiene cada una?, ¿cuál es crítica?, ¿se dispone de copia de seguridad?, ¿qué datos son los más accedidos?, ¿se cumplen las regulaciones?, y, en definitiva, ¿podría ser más eficiente y aportar a la compañía un mayor valor?
Siendo realistas, es muy complejo (o imposible) controlar toda esta información sin el apoyo de especialistas y/o sin la ayuda de herramientas específicas. Sin embargo, es más que recomendable ya que:
Mejora la toma de decisiones
En primer lugar, en entornos complejos, contar con la visibilidad y las métricas adecuadas nos ayuda indudablemente a tomar mejores decisiones. Tanto a nivel de infraestructura IT como a nivel estratégico de la compañía. Ya que contar con la información necesaria en el momento que se necesita facilita y agiliza cualquier proceso de negocio.
Aumenta la seguridad del dato y facilita el cumplimiento normativo
Uniendo las capacidades de analítica avanzada del dato a otras herramientas como pueden ser las de copia de seguridad, las de prevención de fugas de información, las enfocadas al control de accesos a la misma, etc. permiten mejorar la seguridad y protección de los datos ante cualquier incidente que pueda ocurrir, así como cumplir nuestros acuerdos de nivel de servicio y las normativas que estemos obligados a cumplir.
Fomenta el ahorro de costes
Por último, la optimización del almacenamiento nos lleva directamente a la maximización de la inversión y, en muchos casos, al ahorro de nuestros costes. Gracias a la inversión adecuada y bien enfocada, nuestros profesionales (incluidos los TI) dejan de perder tiempo en acciones de poco valor para dedicarlo a lo que realmente importa: el negocio.
En la actualidad, existen soluciones que permiten planificar futuras necesidades, optimizar el almacenamiento tanto en cloud como on-premise y conocer si los recursos están siendo usados como deberían.