El nuevo paradigma social instaurado tras la pandemia exige a las organizaciones mayor flexibilidad y capacidad de adaptación al cambio. La realidad actual es híbrida, y la Universidad es un ejemplo de esta realidad, donde en sus tres misiones principales (docencia, investigación y gestión) coexisten necesidades presenciales y virtuales.
Para responder a los retos de la Educación Superior y de las Administraciones Públicas y construir una universidad adaptada a las demandas del siglo XXI, la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) ha transformado todos los puestos de trabajo de su personal –tanto administrativo como docente e investigador (un total de más de 3000 empleados)–, flexibilizándolos, dotándolos de las capacidades híbridas necesarias con el objetivo final de crear una flexible office universitaria.